La casa de Neftalí
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desde la isla de
Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.
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Son tres: La Chascona, en Santiago. La Sebastiana, en Valparaíso. E Isla Negra. Laberintos que simulan barcos, de escaleras estrechas, ventanas redondas, techos arqueados. Y sus colecciones, de mariposas, de máscaras, de barcos. En el livin de Isla Negra está…
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Me refesca con sus 18 grados, su niebla y su garúa de una Navidad en las montañas de Coronado. Necesitábamos salir de este horno que es Santiago en verano. De camino nos detenemos en Curacaví, a comprar los dulces tradicionales…
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Pasé toda la mañana como en zoológico. Caminando de acá p’allá como león encerrado, de mal humor, irritable, intolerante e insportable, quejándome desde las 8 de que íbamos a llegar tarde a la cita de las 12. Fue lindo ir…
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Tomamos Onces (el té) en la casa de la Tía Elsa, con muchos pasteles. Cuando nadie lo escucha, Rafael se queja que en esta familia solamente se cuentan las versiones oficiales de las cosas y nunca las que están pasando.…
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Dice la Caquela que la Jimena la quiere llevar a misa “Yo no creo en nada de eso. Con todo lo que me ha pasado, cómo quieres que crea? La muerte de mi marido, criar sola a los niños, el…
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Pido “unas” de lo que sea, papas, palomitas, y siempre, sin falta, me dan dos. Me estoy acostumbrando a levantar un dedito cada vez que pido “unas” de lo que sea. Es peor con las palomitas, que en el cine…
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El tìo Lucho me da un abrazo de oso, mientras me dice, con cariño “hija” y me acaricia el pelo. El llega un poco más tarde a la casa y me regala un libro de los detenidos desaparecidos del MAPU.…
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Me siento en el Bosque de los Abedules, donde los cuadros de hierba marcan el 1 X1 de las casitas de madera que retuvieron hasta 4 prisioneros. Les cuento, en el silencio de las hojas de los árboles, que escribí…
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Los 33 grados diarios y las caminatas me tiene color tinaja. Hoy me enmuñequé para la reunión y salí valiente a enfrentar el metro, con el Antídoto de la mano, eso sí. Le llevo medio cuerpo a la mitad de…
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A las 6 de la mañana, me despierta un temblor. En la inconciencia quiero ponerme las tennis y salir, como siempre, a los gritos despavoridos. El Antídoto me sostiene. Estamos en un cuarto piso, doble puerta, 4 cerraduras. La tele…