Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Aportes Internacionales I: Das entscheidende etwas

desde la isla de

Dice Sebastien que cuando él se fue a estudiar a Canadá, hablaba perfecto inglés. Entonces, cuando le preguntaban de dónde venía, decía nada más “I’m French“, como la cosa más normal del mundo y no creaba impacto más allá de la satisfacción de una duda respondida. Todo iba bien hasta que alguien le preguntó que porqué, si era francés, no usaba ese acento tan erotizante que tienen los franceses. Es decir, hablar como gringo, sin acento, no tenía el mérito que él se esperaba.

Sebastien pensó que era una broma. Para él, su acento francés ni siquiera era un acento. Es, simplemente, la forma en que habla él y habla la gente que lo rodea. Pero decidió hacer la prueba. Entonces, la próxima vez que le preguntaron, dijo “I’m Fgrregench“, al mejor estilo de Pepe Le Peu. Y fue un exitazo. La interrogadora sonrió embelesada, le brillaron los ojitos y se quedó a hacerle conversa, pidiéndole que le contara cómo se ve el Sena en una noche encantada de verano. Y Sebastien le contó, a pesar que él vive en Estrasburgo y París le da uriticaria, sobre todo en verano que es sofocante y el Sena apesta a rata muerta. Pero le contó despacio, como si le costara el inglés, metiendo palabrillas en francés y de vez en cuando metiendo una que otra vez la mano, con todo el acento francés del mundo.

Y como vio que funcionaba, diversificó operaciones. En la fila para el bus, cedía caballerosamente su puesto, con un leve gesto de cortesía, una mínima inclinación de la cabeza, muy europeo. Sonreía como si estuviera sentado en una mesa en una terraza en Alsacia, con vino blanco y quesos, sus ojos azules iluminados por las luz de las velas.  Y decía “Apgrrgez-vous“. Y funcionaba.

Dice Sebastien que él nunca se había considerado particularmente guapo y que hasta ese momento, su éxito con las mujeres era, para no ser groseros, reservado. Que jamás se imaginó que su acento lo convertiría en el evento sexual de todos los tiempos o que las mujeres estuvieran tan dispuestas- o desesperadas- por coger con un hombre solo porque se le atragantaban las erres y suena tierno cuando dice “baguette” o “oui” o suena como Jean Renau. Pero que tampoco se queja.

Le explicamos que en alemán, eso se dice “das entscheidende etwas“, es decir, ese algo que nadie sabe exactamente qué es, pero que hace la diferencia, que atrae, que jala, que lo hace a una ver en los ojos de otro esa luz de las velas, esa promesa de noche, vino blanco, quesos y je t’aime susurrados. Lo que inclina la balanza.

Igual no entiende.

Rebuscando en el francés herrumbrado, le digo que creo que le dicen “je ne sais quois” (disculpando las faltas ortográficas). Se le sale la parte alemana-pragmática y me dice que eso no existe. Que son inventos de los poetas.

“Si solo entendiera lo lindo que habla– me dice Melisa, que es argentina – porqué les costará tanto aceptarlo?”

 

 

 


Gotitas de lluvia

7 respuestas a “Aportes Internacionales I: Das entscheidende etwas”

  1. LOL. Demasiado gueno.

  2. ¿En dónde putas el acento tico será afrodisíaco?

  3. Ticoexpat: graziaz!

    Terox: En Chile. Lo afirmo con conocimiento de causa.

  4. No se diga más. Mis próximas vacaciones serán -con conocimiento de causa- en Santiago. 😀

  5. Beto: sé que funciona en las mujeres. me han dicho cosas como que sueno exótica al hablar. Para hombres, esperaremos el reporte de tus resultados.

  6. Buenísimo… me hizo recordar mi primer “date” en Estados Unidos. Cuando le fui a abrir la puerta del cine a la chavala, se me quedó viendo con ojos de “usted qué se cree” y me dijo “my two arms are in fine working order”. So much for that date!!!!

  7. Dean: cómo cómo? vos andabas perreando antes de tu matrimonio con la señora de Córnito? PLOP! 😉

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