Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Mi país

Estamos a 10 grados. Nos quedamos con amigos, y aun así se siente hacinado. No dejo de pensar en refugiados, migrantes, exilados y hasta en mi familia hace 60 años, cuando estas condiciones eran la norma.

Pato hoy compite 50 pecho y 50 libre.

Mientras esperamos para irnos a la piscina, para recordar lo que importa y sentirlo en el corazón, estoy escuchando a Zitarrosa y recorriendo las calles de Montevideo en la memoria, buscando las esquinas de La Tregua.

«Es bueno ese que canta, mami»- me dice Pato

Y vos, ¿qué pensás?