Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

 

febrero 25, 2024

The zone of interest

Die Lage ist hoffnunglos aber nicht ernst

Parece del Holocausto y lo es. Pero también es de muchas otras cosas.

El ruido de fondo llega a ser insoportable. Llega a dominar todo. Y es peor cuando en la cámara los personajes hacen otras cosas cotidianas, en su vida de lujo, la que ordena la sociedad, cumpliendo su sueño de éxito social.

Se siente el olor, el miedo, la chimenea que todo se lo traga.

Pero ellos hablan casualmente de la flor que se sembró y también de la vecina judía que debe estar detrás del muro.

La esposa del comandante es como una niña malcriada, que sueña con volver a Italia y se ríe de tonteras y se aferra a su status.

Las criadas, mujeres polacas, parecen estar bajo un estado de pánico constante. Ellas sí ven lo que pasa.

Uno de sus hijas camina dormida. O simplemente se levanta por las noches y se sienta frente a la ventana a ver el fuego de la chimenea del crematorio.

Otro se divierte examinando puentes dentales.

La bebé duerme en cuarto con una de las empleadas. No para de llorar nunca. La empleada ni siquiera hace a consolarla. Parece que bebe para soportarlo todo. La madre ni la escucha.

Los prisioneros que se encargan del jardín, abonado con cenizas de seres humanos, son invisibles para los de la casa, cumplen robotizados, disasociados o más bien concentrados en confundirse con el paisaje porque de eso depende sobrevivir.

La vida sigue y la sociedad es cómplice. Se naturaliza lo inaceptable. Se justifica. Todo está corrupto.

Detrás de los muros de las casitas del barrio alto, están los techos de cartón.

La escena del Auschwitz actual, es chocante. La naturalidad con la que entran los empleados – todas mujeres- a barrer las cámaras de gas. Limpian los ventanales de la exhibición de las montañas de zapatos de todos los tamaños, que ya están grises de tiempo. Pasan un trapo por los crematorios. Mero trámite todo. Porque la vida sigue.

Supe que yo no podría ir allá. No podría entrar a esa cámara. No podría con tanto dolor acumulado.

Y, sin embargo, en mi día a día, parece que puedo. Y cada pequeña ayuda, cada gesto de solidaridad, cada manzana o pera que se deja escondida, es insuficiente para la tragedia.

febrero 24, 2024

Felicidad

The third-rate mind is only happy when it is thinking with the majority. The second-rate mind is only happy when it is thinking with the minority. The first-rate mind is only happy when it is thinking.

A. A. Milne (autor de Winnie the Pooh)

febrero 23, 2024

La mañana

Gracias quiero dar por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio– Borges

febrero 20, 2024

Cascabelito

«¿Cómo está su mamá? ¿Siempre feliz, como un cascabelito?»

No deja de sorprenderme cuando se refieren a mi mamá como una persona alegre o feliz. Esa no fue la persona que me crió a mí.

Pero en ese momento me llegó la idea que tal vez, eso fue lo que mi papá amó de ella. La alegría, las risas, las bromas, las morisquetas, el baile. La felicidad para el niño de la infancia triste. El brillo en los ojos. El cascabelito.

febrero 19, 2024

Will

«Cuando se trata de sobrevivencia, tener una conciencia es un lujo»

febrero 19, 2024

Simone de Beauvouir

Dijo una vez que «Estoy mejor en una tristeza seca que en una furia fría»

febrero 18, 2024

Tobogán

Ya compramos los tiquetes y reservamos. Falta un mes para irnos.

Yo estoy a la espera de una notificación de la que me sentía relativamente tranquila, aunque sé que podría salir mal.

Ahora que hay fecha para irnos, empiezo a pensar qué va pasar si me notifican antes de irnos. Me resbalo en el tobogán de la angustia. Si todo sale mal. Si notifican cuando estoy fuera. Cómo voy a hacer esa apelación.

Quisiera que duraran mucho más en resolver. Pero entre más duran, más caigo en ese juego masoquista de imaginarme que notifican y que todo sale mal.

febrero 16, 2024

Despampanante

Tengo un crush académico. Y me enteré que está saliendo con alguien, porque él mismo me contó.

Y todo bien porque confirmé que es académico, y no de ninguna otra naturaleza.

Porque soy vina, fui a googlearla y cuando me salió la foto, casi me voy para atrás.

Es esta chavala que se ve como tantas otras celebridades/faranduleras/influencers, que hasta cuesta distinguirlas una de otra: maquillaje perfecto, dientes falsos, pelo macho, peinado estándar.

Despampanante.

Recordé a la amiga que me contó que conoce a una ex y ella también era así. Despampanante. Siempre perfecta. Cada pelo en su lugar. Saben usar highlighter y bronzer y perfilarse la cara con tonos distintos de base.

Lo felicito internamente por esa autoestima impresionante, que lo atrae a mujeres de TV y Novelas.

También pensé en cómo nunca he pensado en mí como una mujer bonita. No sé lo que es el pretty privilege y mucho menos ni siquiera cerca de ser despampanante. Cómo nunca le pude apostar a la belleza, sino a la suerte.

En fin. Igual tal vez fue lo mejor. Y dio lo que rindió, y estuvo bien.

A mí las mujeres despampanantes me castran. No hubiera sido cómodo ver eso en el espejo.

febrero 13, 2024

Aquella Semana santa

Era el 2020. La pandemia había entrado al país unos días antes. Estábamos todos encerrados, aterrados, sin vacunas.

Nos juntábamos a distancia cada vez que había una conferencia de prensa. Llevábamos la cuenta de infectados y muertos.

No había vacunas. No había certeza de qué servía y qué no para evitar la infección. No había alcohol en gel. No había mascarillas.

Se nos empezaban a rajar las manos de lavarlas tantas veces.

Había un sol inclemente, blanco, brillante. Un calor insoportable. Una incertidumbre de mierda.

Miento. A pesar del disimulo, de la oración, de la esperanza, de los cuidados; todos sentíamos la inminencia de la muerte.

No sabíamos cuándo, pero en esas condiciones que se antojaban eternas, de repente alguien se enfermaría, nos contagiaría a los demás, no habría espacio en los hospitales. Veríamos morir a los demás. Temblando de ansiedad y miedo.

El futuro solo presagiaba sufrimiento y dolor. Y nosotros solo podríamos abrazar al enfermo y decirle que lo queríamos.

Como en Gaza.

febrero 12, 2024

Me entró una tristeza

Una como hace mucho no tenía

Tal vez fue mi jefe, que no sabe nada de mi tema, advirtiéndome por enésima vez que no puedo hacerme fama de ser muy pro empleado.

Tal vez la escuela de Pato, insistiendo en que vaya a cursos de esto y lo otro sin siquiera preguntar qué estamos haciendo al respecto.

Tal vez es ver a Marce criticándole a Pato cosas que él también padece y ver a Pato buscando la manera de defenderse sin lograrlo

Tal vez es el sinsentido de la masacre de ayer, de hoy, de mañana. En Africa, Oriente medio o América.