Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

  • Sí, todos los sábados me robo una o dos cerezas o una o dos uvas o de lo que haya de ese tamaño y me las como disimuladamente y a veces con toda la cáscara en media zona de verduras…

  • No se le permite a los taxis andar por la calle. Son como el pariente que avergüenza a la familia, solo se les llama cuando se les necesita y sin hacer mucho alboroto. Entonces, nunca se ven por la calle.…

  • “Aun el menos fascista de los fascistas, sigue siendo un fascista” Dalton, ¿Quién más?

  • Hoy, el día de los derechos humanos. El día de los detenidos desaparecidos en Chile. Como el papá del Antídoto; como el papá de un amigo; como Alvarito; como don Eduardo, el de Nueva Década; como Helio Gallardo, el profesor…

  • El fin de semana me entero que el generalísimo está a centímetros de patear el balde (again). No me fijo en la casualidad de que le de la pataleta (como siempre) justo cuando le inician otro juicio. El Antídoto me…

  • Mimí nunca tuvo ningún problema con que yo viera tele cómodamente arrellanada en un sillón de la sala, mandarina o paquete de bizcochos en mano. Se asomaba de vez en cuando desde la cocina, secándose las manos en el delantal,…

  • Desde que vi este video: Estoy hecha un bicho. Me levantó a las 5 y cuarto, me encaramo las tenis y me voy a correr. Arrastro al Antídoto conmigo. Los viernes, arrastramos a Fuser para que se pelee con todos…

  • Estos días helados no solo son una excelente oportunidad de airear mis chuicas favoritos, pesados y calientes. Cuando todo el mundo camina hecho un puño y maldice el frío para el que nunca hemos estado preparados, yo sonrío. Sonrío porque…

  • México DF parecía una ciudad inacabable. Ya habíamos visitado Sochimilco, Chapultepec, las pirámides, el Pocatepetl (“Vela- me dijo Mimí- parece una mujer dormida”) y yo me había enchilado por la insistencia de querer comer auténtica comida mexicana. Esa tarde mi…

  • Estamos el Patán y yo discutiendo animadamente de los negocios centroamericanos en los que yo trabajo por gusto, él me paga la mitad y se echa encima todas las ganancias. Concluimos que no queda más opción que viaje a Panamá…