Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

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Reencuentro

miércoles, abril 24, 2024

Teníamos planes. Ibamos para Puntarenas Pato y yo y mi mamá. De camino a recogerla, Pato me pregunta si la muchacha que lo llevó en la pancita aun vive allá.

-No sé. Vivía allá cuando vos naciste. No sé si sigue viviendo allá…

-Te imaginas, mama, que nos la encontremos?

Le pregunto qué cree él que ella haría. Se le llenan los ojitos de cierta nostalgia, pero sonríe cuando me dice:

-Se me tiraría encima, muy emocionada.

8160

viernes, abril 19, 2024

Anoche soñé con mi carro. Tengo varios sueños recurrentes con el tema de los carros.

  • Dejo mi carro en un parqueo que tiene varios niveles, usualmente en el edificio de mi oficina, con rampas de acceso y me pierdo. No sé dónde lo dejé. O no recuerdo cómo era el carro. Cada nivel es gris y muchas veces oscuro.
  • Una variante del anterior, es ese mismo parqueo enorme, pero en una esquina del Mercado Borbón. La planta que da a la calle, es esquinera, rodeada de malla, nadie sospecharía del laberinto que hay por debajo.
  • Los sueños donde pierdo el control del carro, subiendo o bajando cuestas o no me entra la señal o waze.
  • Los sueños donde insisto en movilizarme en bicicletas o carros de niños, muy pequeños, pero que a mí me sirven perfecto.

Y este, que me parece recurrente, pero tal vez no lo es. Soñé que recordaba que había tratado de comprar un carro nuevo, en una especie de oficina, donde había dejado un adelanto 8160 dólares. Ellos se habían comprometido a tenerme listo un carro nuevo en un plazo, pero a mí se me había olvidado y no había regresado. Probablemente pasó en otro sueño.

En el sueño pasaba al frente de ese lugar, lo recordaba y entraba a preguntar por mi carro nuevo. Nadie sabía nada. Yo insistía en el dinero que dejé y buscaban mi expediente. Sí, ahí constaba el depósito, pero además constaba que yo dejé de hacer los pagos adicionales a los que me había comprometido, una especie de intereses.

Yo quería que me devolvieran mi dinero y argumentaba que ya que no me dieron el carro al que se comprometieron, me devolvieran mi plata y que no había motivo para que yo pagara intereses sobre mi propio dinero, que eso era una incoherencia.

No querían. Parece que el dueño del lugar vivía de eso, de promesas a terceros a cambio de precios muy bajos y que los terceros se olvidaran del tema. Hizo hasta lo imposible para no devolverme la plata.

Me agarré con la muchacha que me atendió, que se resintió mucho porque la acusé de tener el expediente en desorden y con muchas hojas que no tenían nada que ver con mi caso, sino con un viaje a Estados Unidos que ella había hecho.

Me agarré con el abogado del negocio, que venía de Nicoya, con quien me senté a ver el expediente y ahí mismo descubrimos que los documentos que supuestamente me comprometían, no tenían mi firma. Yo arrancaba todo lo que no tenía que ver con mi caso y el abogado trataba de rescatar una hoja donde constaba que yo sí había pagado dos cuotas de intereses.

Luego le hice ride a la muchacha que me atendió y me arrepentí de haber sido tan cruel con ella y le conté la historia del estado social de derecho que en dos generaciones mostraba el avance de una familia: la mía.

También soñé que echaban a Pato de la escuela por bajo rendimiento. Me había escondido un examen de Geografía donde había sacado un 3.5. Me decían que de todos los chicos, era el que menos alemán hablaba y que probablemente nos llamaría el director para pedirnos que lo sacáramos. La maestra me recomendaba otras escuelas. Yo quedaba devastada.

Sprechen

miércoles, abril 17, 2024

Anoche soñé que hablaba solo en alemán y me angustiaba mucho que no me acordaba de algunas declinaciones y eso afectaba mi fluidez.

Pasó otro 8 de abril

lunes, abril 15, 2024

Y cumplí 3 años de tener un tercio de estómago. Ese día fue la cirugía, donde nos dimos cuenta que sí había un tumor T4, que estaba a punto de romper la pared estomacal. Eso no salía en ninguno de los TACs, resonancias, ultrasonidos que me habían hecho antes de la cirugía.

Dos semanas antes, me habían dicho que era cáncer. Otra vez. Lo primero que pedí fue que cuidaran a Pato si me pasaba algo. Lo segundo, que no me dejaran sufrir.

Fueron dos semanas de shock, de llorar abrazada a Pato cuando dormía, para que no se asustara.

Parece que fue hace muchas vidas. Me dormí tranquila en esa sala de operación. Me desperté con sondas por todo lado. Marce de nuevo fue el que me dio la noticia. Tendría que hacer quimio. Ni modo. Pero estaba de alguna manera contenta de haberme despertado que eso era poco.

Recuerdo que dijeron que tenía poca oxigenación. Temí tener Covid, porque no fue posible vacunarme antes de la cirugía.

Empezaron luego las buenas noticias. Aunque sentía dormido todo el tórax, incluso a niveles muy profundos, no tenía dolor. Por el suero, no tenía hambre.

Cuando me dejaron tomar agua, tomé tanta que la capacidad del estómago no aguantó y vomité en chorro, por primera vez. Pura agua.

Apenas me quitaron la sonda de orina empecé a caminar, 10 mil pasos diarios, recorriendo el pasillo de arriba abajo. Quedaba empapada en sudor, con ampollas. Tuve que enseñarle al doctor el contador del teléfono para que me creyera.

Los exámenes salían como si no me hubieran operado.

Todo parecía producto de que estaba en la mejor condición física de la vida. Para ese momento había bajado 20 kilos y, como ahora, nadaba casi todos los días.  Eso me salvó.

El doctor me dijo y me insistió, que yo no tendría la evolución de un cáncer, que estaba curada, que no temiera cuando vomitaba porque nada se iba a soltar. Que podía hacer vida normal.

Y era cierto. Solo tuve que hacer algunos ajustes con la comida. No porque quisiera, sino porque simplemente ya no puedo comer así.

Tres años. Ahora mis controles son cada 6 meses. Me toca en junio, junto con mi cumpleaños.

Hoy me preguntó el dentista que porqué no me ponía los frenillos que tanto me ha insistido. Le dije que tal vez cuando cumpla cinco años y esté fuera de peligro, porque si el cáncer regresa, quisiera comer de todo lo que me de la gana y no estar limitada por alambres incómodos.

Platos fríos

sábado, abril 13, 2024

El primer día dejé que la conversación siguiera y al final me despedí cordial. Pero al día siguiente volvió a hablarme, contándome de su día.

Esperé a que me preguntara que había yo.

Fui malintencionada, lo sé.

Yo nunca digo que no a nadie. Siempre fue de las que dejan, de las que ruegan, de las que sufren. En esa época, parecía que todo el que yo quería, todo el que pensaba que yo quería, cualquiera que me daba pelota, luego desaparecía, se iba del país, se casaba o una combinación de todas esas cosas.

Este no fue la excepción. Yo no esperaba que se quedara. Esperaba un milagro, que le retiraran la oferta de trabajo. No ocurrió, obvio y se fue.

Ese fue el primer año de mi verdadera y tardía adolescencia. Cuando más de una persona me notó. Cuando no me sentí horrible. Cuando andaba con vestidos cortos, medias y tacones todos los días y practicaba mentalmente comportarme como si estuviera en una película y tratar de caminar recta a pesar de mi escoliosis marcadísima.

No sé si de verdad florecí o fue solo que mi autoestima comenzó a sanar poco a poco. No sé si era acceso fácil. Simplemente pasaba y lo agradecía. Tampoco era que se amontonaban en fila en la puerta o mi teléfono de la oficina pasaba ocupado de tanta llamada y propuesta.

En mi escritorio, seguía la foto del que más me dolía. No sabía entonces que esa esperanza sí duraría 30 años.

Así que apenas me preguntó qué más hacía yo, le dije que no quería ser grosera PERO. Yo no podía ser su única amiga en el país. No hablamos hace más de 20 años, mi vida cambió radicalmente. (es cierto. Yo casi no me reconozco en aquella). Tengo un buen recuerdo de mi juventud y las cosas que viví, pero nada más. Que sorry si sueno muy comemierda, probablemente lo sea, pero no quisiera disimular una amistad que no está ahí, y los dos lo tenemos muy claro

Se disculpó, que entendía, que no me preocupara, que no era problema-

Y ya no me habló más y espero que así se quede. Espero no haberme equivocado, pero creo que no lo interpreté mal. No quiero más amigos, los que tengo, son suficientes. Además, no me da buena espina. También tuve acción retardada, pensando en otros escenarios donde yo decía otras cosas, era más grosera o dejaba que la cosa avanzara más para luego dejarlo guindando, como tantas veces mi lo hizo a mí.

No tengo claro si lo que siento es dignidad, porque a la vez, siento culpa. O si es esa sensación de satisfacción de esos platos que se comen mejor fríos.

Motel

viernes, abril 12, 2024

Soñé que cerca de la casa había una serie de hostales mochileros, con muchas habitaciones aireadas y soleadas, llenos de colores.

Yo visitaba uno y quedaba encantada con el lugar, las zonas comunes y hablaba con los dueños.

Sobre todo me interesaba saber qué hacían para evitar que el lugar se convirtiera en un motel con otro nombre, como le ha pasado a tantos y tantos hoteles.

Puertas

jueves, abril 11, 2024

Cuando apareció el mensaje en la pantalla, no sentí nada. Llevo meses pensando si la medicación me tiene muy aplanada, o si es la menopausia.

Duré mucho en contestarle. Hubo un intercambio lento, forzado. Prensé en todas las veces que yo he estado al otro lado, recibiendo esas respuestas cortas y parcas, sin entender o sin querer entender que no me querían hablar, ni alargar la conversación, que me respondían por una combinación de educación y curiosidad, de letting her down gently,

Es tan ajena a mí, esta sensación de no sentir nada, más que un poco de rechazo mezclado con pereza.

Solo me preguntó de mi trabajo. Nada de mi vida. No quise sonar como la señora ofendida, diciéndole que estaba casada y con un hijo. No voy a compartir con él las cosas que son fundamentales para mí.

Han pasado demasiados años. Recordé algunas cosas, pero nada que anhele o quisiera volver a vivir. Me da lástima y pena esa que era yo en ese tiempo. La vez que lo llamé 16 veces seguidas. Las veces que le rogué. Las veces que me despreció. Siempre me sorprende lo que está dispuesto a aguantar un hombre por coger. Porque amor no había y eso lo tenía claro yo.

Me sorprende que crea que aun podría haber algo. Las células de mi cuerpo han cambiado por completo cada 7 años de esos más de 20 que llevo sin verlo y sin hablarle. Yo he cambiado muchas veces más.

No hay espacio. No hay nada que abrir. No hay puerta. Ni siquiera se cerró ni se tapió. Desapareció. No hay ni siquiera una pared, ni una sombra.

Dejame en paz. No me interesa.  Ni mantenerme en contacto, ni ser tu amiga. Nada

Pato descubre el teléfono fijo

miércoles, abril 10, 2024

Ayer a media clase de natación, llamé a Marce para recordarle un tema de la escuela de Pato. Por alguna razón no le entró la llamada al celular, así que llamé a la casa y tampoco. Le dejé un audio.

Cuando terminé de nadar, tenía 5 llamadas perdidas de la casa. Obvio, pensé que había pasado algo. Y como cuando yo me preocupo, me enojo, llamé muy molesta a ver qué era la cosa. Marce me responde muy tranquilo que escuchó mi audio.

En la tarde, cuando llevo a Pato a las clases de él, en algún momento me pregunta que dónde estaba yo en la mañana y le digo que nadando. Me dice que no me escuchó, ni el carro, ni la puerta del garaje, ni nada más

“Por eso te llamé”

“Me llamaste?”

“Sí, para saber dónde estabas”

“De dónde me llamaste?”

“De la casa”

“¿Me llamaste muchas veces?”

“Sí. Cinco”

Le explico que cuando estoy nadando el teléfono se queda lejos, que además no suena, solo vibra y que será hasta que salgo de nadar que me doy cuenta. Además, que cuando veo tantas llamadas, me preocupo.

“Ok mama”

Hoy en la madrugada, mientras iba de camino a la piscina, veo que me llaman de la casa. Casi choco del susto

“Hola Mami. Quería saber dónde estás. Por dónde vas? A cuál piscina vas? A qué hora vienes? Hoy me puedes hacer masajitos? Te quiero mucho mama”

Colgamos

Otra vez, dos minutos después, llamada de la casa

“Mama, recuerda nadar a tu ritmo. No hagas nada que te canse mucho. Lo importante es hacer ejercicio. Te amo mama. Besitos”

Sonrío. Recuerdo que de niña, cuando descubrí el poder del teléfono, todos los días de mis aburridísimas vacaciones, esperaba con ansias que fueran las 9:10 am para llamar al trabajo de mi mamá para hablar con ella, básicamente las mismas tonteras, pero sin tanto cariño. Nunca nos decíamos que nos queríamos. Y mi mamá se exasperaba conmigo. Mis llamadas interrumpían su descanso.

En mi casa le terminaron poniendo candado al teléfono pero ni siquiera eso me detuvo. Yo sabía llamar a punta de pulsaciones.

Frenesí doméstico

domingo, abril 7, 2024

Los domingos usualmente son de mucha carrera en la mañana, para irnos luego los 4 a donde mis suegros, donde el tiempo pasa mucho más despacio.

Pero ellos andan en Chile y yo me desperté a las 4 de la mañana.

Antes de medio día:

  • Asé berenjenas y luego tomate Cherry, agregué alcaparras y queso feta y dejé lista mi ensalada favorita de la semana.
  • Hice frijoles molidos a mi gusto.
  • Preparé mis boronitas de chorizo
  • Fui al super por dos ingredientes adicionales
  • Hice una megatortilla española. Pero reconozco que me quedó un poco dulce. Sospecho de la papa.
  • Dos strudels de manzana en freídora de aire.

Y todo eso sin contar actividades intelectuales fuera de la cocina.

Antropológicamente atractivo

domingo, abril 7, 2024

Estoy tratando de ver Yellowstone. Me cuesta, porque, para empezar, hay que competir con Pato y Marce por un tele. Cada uno de nosotros tiene gustos muy distintos. A mí me saca de quicio lo que ve Pato, me aburre o siento que me fríen las neuronas. Y lo que ve Marce es demasiado complejo para mí, que no disfruto la ciencia ficción, la fantasía o la matemática.

Por otro lado, aunque los reviews hablan que es una especie de Succession, y podría serlo, los diálogos no son tan buenos pero, a la vez, no es el tipo de serie que le permite a uno hacer varias cosas a la vez. Te obliga a poner atención, pero no te atrapa en la serie, como lo hizo Narcos al inicio o Gentlemen. Entonces por ratos aburre pero no te permite el multitasking.

Para rematar, es de vaqueros. Nunca me han gustado los vaqueros. Ni siquiera cuando jugábamos de indios y vaqueros. Ni siquiera el Llanero solitario y Wild Wild West solo me confundía muchísimo. Las actuaciones son malas.

Con excepción de Kevin Costner, en el papel del patriarca. Me encanta verlo, así, ya mayor. Después de ver varios capítulos seguidos para ponerme al día después del viaje, me doy cuenta que lo veo guapo. Guapísimo. Me gusta ver lo rudo que es el personaje, cómo da órdenes, cómo dirige las cosas, cómo se relaciona con mujeres, cómo se comporta con ellas. Me gusta que es serio, duro. Es inteligente, asume riesgos, toma decisiones, cuida a los suyos.  Un Tony Soprano a caballo. La mayoría de las tomas son de él muy serio, casi mal encarado. Un hombre Malboro moderno.

Claro, lo que me gusta es lo mucho que me recuerda al Patán.

Es un macho, definitivamente alfa. El arquetipo del hombre fuerte, proveedor-protector, dispuesto a cierto nivel de violencia si alguien atenta contra sus reglas.

Hay algo en mis genes, que deben venir arrastándolo en los doscientos mil años de presencia humana en la tierra, que me atrae mucho a ese tipo de hombre, que es tan difícil de encontrar hoy en día.

O tal vez solo es estrés post traumático.