Autor: solentiname
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El baile
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desde la isla de
Fuimos juntas a las boutiques del centro de San José. Nos probábamos cosas y nos mentíamos de cómo se nos veían. Hacíamos tratos secretos entre nosotras para hacernos una señita en caso que la ropa se nos viera horrible y todas dijéramos otra cosa. Le decíamos “No me haga lo de Tatiana”, por una vez…
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El filo
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desde la isla de
Salí antes que el resto de la gente. No era particularmente tarde, pero la calle tenía ese aire desolado tan propio de las ciudades abandonadas. El sulfato brillaba del aguacero recién detenido. No se veía ni siquiera un carro, menos un peatón. Sombras y luces de poste, nada más. Son cien metros– pensé- menos de…
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Una casita blanca
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desde la isla de
Ella empezó la U, pero no la terminó. Quería ser maestra. Maestra de niños pequeños, de primaria. En los dos años que llevó, aprendió a hacer unas piñatas impresionantes. Una, por ejemplo, del soldadito de una sola pierna, de ojos tiernos de cartulina y cachetes sonrosados. Hizo también un libro que era mi tesoro, escrito…
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Sole, como fenómeno sociosexual en Skype
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desde la isla de
De un tiempo para acá, vengo alimentas oscuras sospechas de lo que se mueve detrás de Sype, por una serie de hechos desafortunados, curiosamente ligados entre sí, que si la memoria no me falla, ocurren con mayor frecuencia desde que Microsoft adquirió Skype o desde que leí el chisme. La cosa es que varias veces…
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Vínculos de agua, vínculos de sangre
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desde la isla de
En inglés es común escuchar que “Blood es thicker than water”. Traducido al nica, decía Mimí que “La cabra tira al monte”, sobre todo cuando se resignaba al ver la conducta de alguna de sus nietas y le atribuía los motivos al determinismo genético y la imposibilidad de impedirlo, porque por más advertencias o aunque…
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El otro ghetto de Tuiter: una realidad paralela
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desde la isla de
Por razones torsicret, que vamos a llamar laborales, todos los días tengo que irme a asomar a lo que llamo otros Ghettos de Tuiler, para ver cómo va la cosa, DM’s, RTs y todas esas cosillas que le acarician el ego a los divos tuiteros. Tengo que reconocer que a mí, el uso de Tuiler,…
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Hombres
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desde la isla de
El desarrollo (específicamente el mío) vino a cambiar para siempre las bases del idilio que siempre tuvimos Mimí y yo. No varió la cantidad de amor, no. Lo que se incorporó fue una férrea vigilancia de mi abuela a algo indefinido, pero que tenía relación directa con mi nueva condición de señorita. Todo empezó aquel…
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Lo que no es posible y lo imposible; que no es lo mismo, pero es igual
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desde la isla de
Hay precisiones del lenguaje que te hacen perder toda esperanza. O aferrarte a ella. Cuando alguien te dice “No es posible”, no es una negativa absoluta. Implica, de cierta forma, que es una imposición de alguien más, un algo que no se puede hoy, pero tal vez mañana, la presencia de un obstáculo que se…
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Ochomogo y los nietos del 48
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desde la isla de
La carrera de Derecho no se presta mucho para giras de fin de semana. Se presta más bien para quemarse las pestañas leyendo cerros de fotocopias, subrayando antologías y aprendiéndose de memoria los clones que se hacían en la facultad. Sin copias, no habría abogados en este país. Cosa que no sé si es buena…
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Crímenes de lesa feminidad
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desde la isla de
En los sesentas los hombres se rebelaron contra el poster boy de la guapura masculina que emulaban sus papás. Ese Gardel repetido por toda América Latina, de pelo para atrás, engominado, lampiño, camisa blanca, traje perfecto, olor a colonia, sonrisa ganadora, caballeroso y romántico; dio paso a su antítesis: el hippie pelilargo, añejo, de ropa…