Anoche soñé que te conocía de nuevo, pero yo tenía la edad que tengo y vos apenas 23. Eras el chiquillo nuevo de la oficina. Y querías ser mi amigo y me seguías a todas partes y me hacías preguntas y querías que te explicara cosas y almorzar conmigo y que te llevara a tu casa. Y yo de poquito sentía que pensaba en vos todo el tiempo, que ansiaba verte, que te llamaba por cualquier cosa, como que me di cuenta que te empezaba a querer y que me daba un poco de pena porque eso de las edades.
Y justo cuando me decidía y te buscaba para decirte Vamos al cine, te gusta esta canción de Víctor, querés que pasemos a comer algo, escuché a los demás de la oficina vacilarte a vos y se burlarse de mí. Entonces opté por la vía del mínimo esfuerzo y en lugar de interrumpir y encarar a los hijos de puta, de lucharla, de sobreponerme a la humillación; me fui a una esquinita llorar y sentir cómo se me desgajaba el corazón en pedazos filosos y chiquitos.
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