Soñé que teníamos una hija.
Tenía el pelo cobre, como el sol dando en los techos de la ciudad del mismo nombre.
Le prometía que un día la llevaría a ver un atardecer caer sobre ella.
Se llamaba así por el abuelo.
La piel muy blanca, los ojos violeta, como Daniela.
Florencia.
Deja un comentario