Tengo un crush académico. Y me enteré que está saliendo con alguien, porque él mismo me contó.
Y todo bien porque confirmé que es académico, y no de ninguna otra naturaleza.
Porque soy vina, fui a googlearla y cuando me salió la foto, casi me voy para atrás.
Es esta chavala que se ve como tantas otras celebridades/faranduleras/influencers, que hasta cuesta distinguirlas una de otra: maquillaje perfecto, dientes falsos, pelo macho, peinado estándar.
Despampanante.
Recordé a la amiga que me contó que conoce a una ex y ella también era así. Despampanante. Siempre perfecta. Cada pelo en su lugar. Saben usar highlighter y bronzer y perfilarse la cara con tonos distintos de base.
Lo felicito internamente por esa autoestima impresionante, que lo atrae a mujeres de TV y Novelas.
También pensé en cómo nunca he pensado en mí como una mujer bonita. No sé lo que es el pretty privilege y mucho menos ni siquiera cerca de ser despampanante. Cómo nunca le pude apostar a la belleza, sino a la suerte.
En fin. Igual tal vez fue lo mejor. Y dio lo que rindió, y estuvo bien.
A mí las mujeres despampanantes me castran. No hubiera sido cómodo ver eso en el espejo.
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