Anoche me preguntaste si al morir, uno se olvida de las cosas, de las personas, de la vida.
No sabemos, porque nadie ha vuelto de la muerte para contarnos qué pasa.
Pero sí sé que nosotros no olvidamos nunca a los que se van
Y sabemos que los grandes amores nunca se olvidan.
Pronto mi papá cumplirá 50 años de muerto. Y no hay día en que no piense en él.
Al recordar su amor, sus juegos, sus abrazos, yo también sonrío y me alegra haber tenido a ese papá, aunque fuera solo por un ratito.
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