Es mi pensamiento intruso de cabecera. Brinca cuando estoy triste, aburrida, deprimida, asustada, estresada.
A veces lo dejo pasar sin más trámite.
Otras veces lo escucho con cuidado
La voz que me lo dice soy yo, de más de 10 años. Pero lo digo para mis adentros.
No sé a cuál casa me quiero ir. A la que fue la mía no quiero volver nunca. La de mi abuela siempre fue de ella. Tal vez es al departamento al que me fui cuando me independicé. Aun sueño con él. Lo recuerdo con cariño.
Es más extraño aun cuando el pensamiento llega y estoy en mi casa. La casita blanca, de ventanales, de luz, donde me siento segura y querida, donde podría estar, como hoy, todo el día, callada.
¿Cuál es esa casa? ¿Porqué quiero irme para allá? ¿Porqué la siento mía?
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