Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Una cosa piensa el burro

desde la isla de

Mis compañeros del cole se reúnen a celebrar los 35 años de graduados. Aunque estoy en el chat, nunca respondo ni participo en nada, como una especie de regresión. Me he tratado de salir. Me vuelven a meter.

Viendo las fotos, veo que en realidad se reúnen los que eran muy amigos entre ellos y algunos de los que estaban fuera de ese grupo. La pasan lindo. Bien por ellos.

También me fijo en ellas, que tan avejentadas o gordas están. Comparo notas con mi mejor amiga. Pienso en qué tal que hubiera ido. Probablemente no hubiera tenido con quién hablar. Habría sido incómodo. Las dos personas que eran más crueles conmigo, no fueron.

Aun me sorprende que insistan tanto en aferrarse a esa época y seguirla rememorando una y otra vez. Tal vez porque porque ellos siguieron viéndose después y quedaron de grandes amigos. Sé que algunos incluso se casaron entre ellos.

Pero no fue mi caso. Yo quería salir huyendo de esa dinámica en la que me sentía tan mal y me trataban tan mal. A veces, viendo hacia a atrás incluso me pregunto si en realidad era así o exagero. Probablemente era una mezcla de cosas: yo no era ni popular, ni bonita. Era una “verde”. Era una persona muy extraña. Y estaba pasando por una época muy oscura. No era raro que tuviera pensamientos suicidas. Ansiaba ser normal. Quería que alguien me quisiera, gustarle a alguien, que alguien quisiera bailar conmigo, me enviara un corazón en el festival, un saludo en la radio. Me sentía sola. Y mi casa era un infierno.

En algún momento, en el pasado cercano, dejé de sentirme resentida con el cole. Dejó de importarme. Dejó de estar presente y pude soltar esa cadena.

Hoy el chat está lleno de agradecimientos y chistes internos y una de ellas – que fue bellísima, por cierto- comenta que siempre fuimos muy unidos y no vivimos cosas como las que viven los chicos hoy en día en los colegios.

Jueputa. Como decía la Reina Isabel II, Recollections may vary.

O sea, una cosa piensa el burro y otra el que lo va montando.


Gotitas de lluvia

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