ADN
Pato me pregunta qué es el ADN.
Le explico que es la información que hay en las células. Que todos los seres vivos estamos hechos de células y cada una tiene un núcleo, que es donde está la biblioteca con toda la información de lo que le toca hacer a esa célula. Entonces si la célula le toca hacer pelo, la información de la biblioteca les dice si es lacio o colocho, mucho o poco, delgado o grueso, el color, etc y así con todo el cuerpo.
Le explico que la mitad de esa información la pone el papá y la otra la mamá y le recuerdo que ya hablamos de cómo se hacen los bebés.
Me pregunta si en el ADN se define si uno es bueno en algo.
Me doy cuenta que vamos por arenas movedizas y le digo que el ADN sobre todo marca las características físicas. Pero que puede pasar, por ejemplo, que yo tenga ADN para ser excelente en ajedrez, pero si nací o crecí en un lugar donde no conocen el ajedrez, ese ADN nunca se expresa.
También le explico que aun no se sabe mucho sobre el ADN en la conducta de las personas. Que en eso influye también mucho lo que uno aprende en la vida. Entonces hay gente que dice que tienen muy mal humor porque todos en su familia tienen muy mal humor, pero en realidad son personas que no tienen control de sus emociones y nunca han trabajado en eso.
Le cuento que con el ADN era posible, por ejemplo, encargar un perrito igual a Fuser. Pero aunque hubiera sido idéntico físicamente a Fuser, su personalidad hubiera sido distinta y hubiera crecido en otras circunstancias. Jamás hubiera sido como mi perrito que se dejaba peinar y despulgar y limpiar las orejas sin problema. Incluso que el mismo Siggy, aun siendo de la misma raza, es completamente diferente a Fusi aunque igual de cariñoso.
Le hablo de las tías gemelas, que tienen exactamente el mismo ADN y son tan distintas entre llas.
Cierro diciéndole que el ADN no determina el amor. Que uno quiere a personas con las que no comparte el ADN. Como por ejemplo, él con mi padrastro. Su Tito, el mismo que a mí nunca me supo querer.