Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Hay amores que ni con el mar

Mañana, como todos los años, se muere mi papá

Una fecha cualquiera para cualquiera, menos para mí.

Es el área secreta de los mapas de la Guerra Fría, los espacios en blanco o en naranja, la calle sin nombre, la casa sin número.

Lo que no existe para nadie que no sea el afectado.

Lo que nadie le cree al afectado, nadie lo siente como el afectado. Lo escuchan, pero sin empatizar.

Es tan incómodo eso de estar expuesto al dolor del otro, así, tan crudo. Tan invasivo. Tan íntimo.

Cuando no quería ni hablar de él, cuando decía que no sentía nada, cuando pasé años enojada, cuando finalmente hice las paces, cuando descubrí que nunca había dejado de quererlo, nunca pensé que saldría de ese lugar.

Ahora estoy en uno del que no me quiero ir. Donde te quiero y adapto mi amor a la ausencia, sin privarme de él. Donde le hablo de vos a mi hijo y eso me hace sentir que vivís en dos corazones, ya no solo en el mío. Donde puedo hablar de vos sin llorar. Donde no me da miedo reconocer que te extraño, que me hacés falta o pedirte que me acompañés y me des fuerzas cuando siento que la estoy perdiendo. Donde perdoné tus errores y fallos.

Donde después de muchas vueltas, lágrimas, rabia, soledades, pesadillas; finalmente sé que siempre te tuve. Que te tengo.

Y vos, ¿qué pensás?