Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

El alma

Cuando se escapa del cuerpo, se siente cómo la succionan desde arriba, el desgarro en el pecho, el vacío que deja, cómo se expande hacia las tripas.

Usualmente se acompaña de una aspiración fuerte y repentina para tratar de retenerla y quedar con las manos imaginarias palmoteando en el aire.

No sé a dónde se va cuando sale. Nunca he pensado en buscarla.

Pero cuando lo hace, queda el cuerpo y sus instintos a cargo y es difícil pensar y uno regresa a su estado más primitivo. De lo que se trata es sobrevivir. Lo demás es secundario.

Se pierde uno. Chau raciocinio. Hola, adrenalina.

Cuando regresa, cae de golpe en el punto más alto de la cabeza y te cubre como una pintura espesa. Se acomoda de nuevo, se siente uno completo, en control, ya más dispuesto.

Hay gente que dice que le volvió el alma al cuerpo y los entiendo.

Pero me gusta más la idea de que el alma alcanza el cuerpo porque mientras ella no está, siento que me muevo a través del espacio y el tiempo y eso: me pierdo.

Y vos, ¿qué pensás?