Cuando salgo de nadar, me ducho al aire libre. Me enjuago, me quito el cloro. Siento el shock del agua fría contra la sangre que aun está caliente. Me gusta el golpeteo.
Me quito el traje de baño y encima una bata de paño roja. Un poncho enorme con gorrito. Los crocks, anteojos y listo.
Así voy al super, al Fresh, así pongo gasolina y si hubiera un mandado más que pudiera hacer a esa hora, lo haría.
Así mando audios, reviso correos, escojo podcasts, reviso redes sociales.
Llego a la casa cargando una caja y una bolsa y Marce me dice:
“Así vas al super?”
Me sorprende la pregunta. Sí. Y además sin calzones.
“No se te quedan viendo raro?”
Ni sé. Probablemente. Pero ya estoy acostumbrada, por alta.
Sonríe
“Me alegra que te sientas tan libre de andar así, despreocupada”
Mirá. Sí. Normalmente no andaría chinga por ningún lado. Pero tenía razón La Pina. Se siente un fresco…
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