Me sonreía. Me cantaba. Every move you make. Le brillaba la mirada. Era un baile en el Centro de Recreación de la U. O tal vez simplemente habíamos apagado la luz y encendido la grabadora amarilla. Había más gente o no. Estábamos solos.
Tenía – tiene- un nombre y apellido raro, los ojos café y el pelo en colochos de cobre. La gente le preguntaba si era judío. Le incomodaba. Era alemán y antisemita.
Es feo– me decían– tiene la cara toda marcada de espinillas– pero a mí me gustaba y no sabía cómo explica porqué si no era guapo. Nos habíamos conocido en Generales y era la primera vez en 16 años, que alguien me veía distinto. Nos sentábamos a hablar en el pretil. Salíamos con los mismos amigos-Every bond you brake
Every step you take. Usaba los mismos jeans rotos toda la semana. Tenía un olor único que quedaba impregnado en la sudadera roja que siempre me prestaba. Era alto. Más alto que yo. Con unas manos hermosas de dedos largos, del pianista melancólico que tampoco era.
Every single day
every word you say
Every game you play
Every night you stay
Pensaba que era linda y me lo había dicho.
Me estaba enamorando
***
He empezado a soñar con una versión más joven de mí
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