Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

416 casos, 11 recuperados

desde la isla de

Ayer salí! Conocí el nuevo túnel de Zapote y me gustó ver cómo pasa la luz por la parte de arriba. Fui a San Sebastián a recoger mi silla nueva de oficina: es especial y medicada. Toda una operación logística, porque la tienda está cerrada y yo tenía que llamar al llegar y ellos salen a entregar la silla. Podían llevarla a la casa, pero me contaron que el día anterior habían vendido 130 y la podían entregar hasta el domingo. Pero mi espalda la necesitaba ya.

Luego al cajero al Fresh, a comprarme los jugos que me gustan y mis ensaladas- llevo muchos días sin querer comer vegetales. Ya ahí se notan los espacios vacíos de los productos más frescos, como las galletas, el pan, las cosas más ricas que siempre tienen en las mesas. Había poca gente.

La última parada: la farmacia, por relajantes musculares. De verdad que no aguanto la espalda. Pedí lo más fuerte y me dijeron que se estaban vendiendo mucho. Vi una señora comprando Off en spray y para niños. Primero la juzgué pensando que iría para la playa, pero luego me acordé de la cantidad de zancudos que hay en estos días. De hecho me enteré que aquí cerca hay un caso de dengue.

En fin, salir me hizo bien, me dejó de mejor humor. Creo que el encierro no me molesta tanto por el encierro como tal, sino que me recuerda cuando me sentía muy sola estando en casa y ese sentimiento es el que tengo que separar.

De trabajo, la llevé más suave, dándome más chance. No sé porqué me ha tomado tantos días aceptar que ya hace muchos meses que mis días de trabajo no eran doce horas sentada escribiendo hasta que me doliera el brazo. El cerebro es una cosa engañosa, igual que la memoria y tengo que recordar tenerme un poco de paciencia y compasión.

Ayer pude ayudar al clientito con el que me siento una carga, al redactar una propuesta más profesional y elegante, al dirigir una discusión que no iba para ningún lado. Otro cliente, de Escazú, me comentó que nadie de su familia en Estados Unidos tiene el virus, pero que sí conocen gente allá y aquí, que lo tiene.

Tenemos once recuperados, pero esas buenas noticias palidecen ante el reporte del aumento de más personas hospitalizadas y en la UCI. El Ministro insiste en que esas personas que están más graves son jóvenes, sin riesgos especialmente importantes de previo.

EN NYC, Cuomo sigue diciendo que lo peor está por venir. Necesitan de 3 mil a 4 mil ventiladores para la próxima semana, sin contar los 3 mil que ya tienen en uso. Le están pidiendo a los veterinarios y cirujanos que tengan ventiladores que los entreguen de una vez. Mientras tanto, redujeron la cantidad de viajes del metro y los pocos viajes que están haciendo van llenos de trabajadores “esenciales”, latinos y negros, sin protección, como sardinas. Una foto decía que eso era genocidio.

Pienso en cómo van a cambiar las quejas en el futuro, cuando todo esto pase. Yo, por lo menos, definitivamente no me voy a quejar de las cosas que me ponen a hacer en la piscina. Creo que vamos a ser más agradecidos por muchas cosas y pensarlo dos veces antes de quejarnos por mamazones.

También pensé cómo se sentirá cuando abrace a alguien afuera otra vez. A una amiga e incluso a mi mamá, que es tan poco expresiva. Creo que vamos a llorar.

Y pensé en mi propia mortalidad, de nuevo. Que, al final, no me daría cuenta cuando pasara y ya. Que sería todo muy rápido. No lo pensé de forma pesimista, sino como algo práctico. Trato de pensar en las cosas que puedo controlar y en las que no puedo, para no alborotar la ansiedad.

Como a las 3 y 30 empezó a aumentar el ruido de ambiente de los carros. La gente corriendo para ir al super, para llegar antes de que empezara la nueva restricción de las 5 pm. Los supers llenos, presas en la calle, y, por supuesto, la gente quejándose de todos en la calle.

Una de las cosas que ojalá cambie es esa necesidad de cuestionar los motivos de los demás.

Mi motivo sigue portándose bien. El pelito le crece y le empiezan a salir sus colochos. Cuando siento que las cosas están horribles, lo veo y sé que es mi motivación. Ayer pintamos juntos y creo que descubrí porqué no le gusta pintar a él solo: no es tonto y se da perfecta cuenta que cuando pinta solo no le queda bien. Estaba muy contento de lo que hicimos ayer.

Volví a soñar con mi abuela, que ahora siento como un recuerdo y una vivencia tan lejana. La iba a visitar y me daba cuenta que estaba comiendo muy poquito y muy mal. Preguntaba porqué y me decían que mi tío no le daba suficiente dinero, que ella ya se había comido sus ahorros, que no estaba muy bien de la cabeza y tampoco se daba cuenta. Yo le recordaba las cosas que acostumbraba antes a cocinar, pero no reconocía ninguna. Yo ofrecía darle dinero, aunque fuera un poquito, pero para que comiera mejor. Antes de irme de la casa de ella de repente ella se ponía mal, sin saber dónde estaba, casi como una bebé.

Por dicha nunca la vi así, en ese estado, ni ella llegó a estar así. La última vez que la vi bien, estaba sentada en el sillón de la sala, yo iba saliendo de la casa. Pero sí es cierto que en esos últimos meses ella ya no quería cocinar y con frecuencia yo llevaba comida hecha. Creo que ella sabía que se iba a morir y estaba entre enojada y decepcionada y asustada de lo que venía.


Gotitas de lluvia

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