Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Ganas de tí

Después de la traumática experiencia de una cita de dentista de más de una hora, que terminó con dolor de quijada y con la esquina de la boca rota, además de un par de experiencias de terror con el taladro cuando tocó un punto sensible, que me hizo preguntarme porqué no hay más películas de miedo con protagonistas dentistas y luego agradecer que no las haya y que de por sí no las vería, tenía reunión.

Dice el dentista que en algún momento, el Parque Nacional de Diversiones anunciaba su casa de los sustos con un dentista sangriento diciendo que la experiencia superaba el terror de una cita con el odontólogo. El de sapo llamó al Colegio de Dentistas que a su vez llamaron a la agencia, en lugar de al Parque, que sería lo lógico, y los amenazaron con demandas (son dentistas, no abogados), si no quitaban el anuncio del aire. Y lo quitaron. Al Dr. Muelitas le gusta esto

En lugar de ir por un almuerzo sano y casero, como exige mi peso y la precaria situación de mi pancita, decidí que antes de la reunión, iba a recompensarme con chatarra y me fui directo a McDonalds aunque eso prolongue la agonía de mi sistema digestivo.

Me comí lo usual, sola en una mesa, con la vista fija en el las redes sociales de mi teléfono.

Al salir, iba pensando en otra cosa o tal vez en nada y precisamente por eso, pude escuchar la música de ambiente. Era Miguel Gallardo, clamando con todo el dolor del rechazo constante que no se termina de materializar en un abandono definitivo, doloroso pero que se agradece con el tiempo (mucho tiempo), que Hoy tengo ganas de ti

Y empecé a cantar sin darme cuenta que lo hacía cada vez aumentando más el volumen.

Quiero en tus manos abiertas buscar mi camino
y que te sientas mujer solamente conmigo
hoy tengo ganas de ti, hoy tengo ganas de ti
Quiero apagar en tus labios la sed de mi alma
y descubrir el amor juntos cada mañanaaaaaa

Y justo cuando venía la parte de la súplica, crucé la mirada con un pobre comensal que por alguna razón se me quedó viendo. No sé si por alta. No sé si por la faldita volada (como en tempus idus de juventud). No sé si le sorprendió darse cuenta que iba cantando. No sé si pensó si le hablaba a él. Quedamos trabados en miradas, su velocidad de masticado disminuyó sensiblemente la velocidad al tiempo que le canté viéndole directamente a los ojos y con todo el sentimiento del recuerdo:

Hoy tengo ganas de ti.

HOY TENGO GANAS DE TIIII

Se le atragantó una papa.

2 gotas de lluvia en “Ganas de tí”

  1. Gabriela dice:

    Debe haber sido una escena muy graciosa.

  2. solentiname dice:

    Lo fue. A mí me dio mucha risa

Y vos, ¿qué pensás?