Yo, por principio, no participo en las actividades como charlas o seminarios levantando la mano. A menos que me gane la imprudencia o el colerón. Escucho y luego critico por dentro. O con otros. Pero rara vez con el expositor. Cuando el charlista pregunta si alguien tiene preguntas o comentarios, digo que no con la cabeza y me volteo para hacer la panorámica y ver quién será el attention whore que levanta la manita, pida el micrófono y se eche la parla brocha y hedionda que tanto caracteriza estas actividades y que no aporta nada relevante. Y no es que no tenga nada que decir. De hecho, soy una persona con opiniones sobre muchas cosas. Lo que pasa, mire usté, es que soy esencialmente tímida.
Claro, mi táctica funciona cuando además logro mantener una cara de circunspecta toda la charla, mediante el sistema de desconexión mental que aprendí desde la infancia en misa o cuando paso tuiteando y respondiendo correos todo el rato.
Pero ese día falló, esencialmente porque lo que decía el español invitado logró llamarme la atención. Porque insistía en que si Europa, con tantos odios y guerras a cuestas lo había logrado, no había razón para que Centroamérica también lo hiciera. Que en Europa todos hablan distintos idiomas y tienen distintas tradiciones. Que llevan 60 años de no darse a guantazos. Que en la diversidad está el gusto y que si lo sabrán los españoles y específicamente los andaluces que de tanta invasión a lo largo de la historia, no quedaron confundidos: quedaron más cultos. Que solo en bloque podemos intentar ser relevantes para mercados como China. Que en el mundo nadie sabe ni a nadie le importa qué cosa es El Salvador o Guatemala, con costos reconoce el concepto de Centroamérica. Que a él le habían contao (la bola de chismosos envidiosos) que Costa Rica era la rejega, la separatista, la que no entendía que la unión centroamericana era la vía rápida a la implementación de sistemas únicos de leyes regionales en materia aduanera, comercial, de competencia y otras hierbas.
Los ticos somos demasiado simpáticos, palanganas y decentes. Yo sé (porque lo sé) que todos estábamos pensando lo mismo, pero solo a mí, por soplas, por poner atención, se le zafó una carcajada ante esa insistencia mientras movía la cabeza de un lado a otro como diciendo “Pero es que estos españoles están majaretas”. El andaluz se dio cuenta y me pidió que compartiera eso que me sacaba la risa. Como me lo pidió de buen modo y éramos poco, me rajé a exponer mis criterios anti la patria grande centroamericana y las diferencias- muchas de por sí- que impiden la implementación de esa necedad:
– Centroamérica no tiene un país que haya perdido dos guerras mundiales y que después de la segunda, quedara con el 85% de la infraestructura en el piso o en Rusia. A Francia no le cayó una sola bomba. No fue una grandeza de los franceses perdonar a los alemanes. Los alemanes ya estaban hechos mierda. Obligarlos a este acuerdo fue la escupa final de la humillación.
– Centroamérica no tiene un país genocida y racista, al que se le pueda a punta de la culpa que ellos sienten- justificada, en mi opinión- manipular para que sirva de locomotora económica de una unión regional.
– O sea, Centroamérica no tiene una Alemania.
– Centroamérica no recibió un plan Marshall, a diferencia de Europa, que permitió reconstruir la economía y una Europa en ruinas.
– Una cosa es unirse entre platudos y otra soportar al chusmerío que solo deudas trae. Hay que ver a los alemanes quejándose de tener que cargar con Europa del Este, con los griegos, con Italia y España y amenazando con salirse de la unión si se siguen montando. Esto obedece al viejo principio de una cosa piensa el burro y otra el que lo va montando. Los otros países ricos no ven con buenos ojos la llegada del populacho de Europa del Este, que no viene a ofrecer nada pero sí a llevarse todo.
– ¿Porqué, si la Unión Europea es algo tan bueno, países nórdicos con modelos de estado social de derecho no se unieron?
– ¿Porqué, si la Unión Europea fue tan buena idea, tantos países de la Unión están en una crisis de proporciones tales que están pensando en eliminar el euro?
– Impulsar programas migratorios que le permitan a todos los ciudadanos de los países tener el status de ciudadano en cualquier país y entrar y salir sin pasaporte, generaría una crisis terrible, particularmente en Costa Rica.
– Una idea de estas sería ideal para todos los países de Centroamérica, excepto para Costa Rica. Particularmente para la seguridad social y el sistema educativo de Costa Rica.
– Podemos estar en la misma área geográfica, pero en serio, de veritas, aunque hablemos español, nuestras historias son sustancialmente distintas. Se nota en el trato a las minorías indígenas, en la ausencia de guerras civiles, en los niveles de salud, de educación, en el mestizaje, en la presencia-ausencia de desaparecidos, paramilitares y ejército. Alegar que hablamos el mismo idioma y que estamos a menos de 3 horas por avión es un reduccionismo espantoso, como decir que todas las naciones que conformaban la antigua Yugoeslavia eran la misma cosa.
– Europa le apostó al modelo del estado social de derecho. Y ha salido tan caro, que ya no pueden exportar bienes, tienen que exportar ideas o tecnología. ¿Se imagina el gran salto hacia adelante que tendría que hacer Centroamérica? Pregúntele a Mao como le fue con eso. O a los bolcheviques. A ver cuánta gente quedó de camino.
– Y si todo eso no bastara, pues vámonos al chisme. Los ticos somos racistas, creídos, egoístas y etnocentristas. Nos creemos más que todos los demás. Nos aterroriza la idea de centroamericanizarnos, a un grado tal, que cerramos los ojos ante la evidencia de que ese proceso se está acelerando. Si nos unimos, que sea para que todos opten por la línea que llevó este país antes de la corridilla de presidentes incapaces, no para arrasar parejo en los 5 países.
– Es un criterio también racista y clasista, pero no es posible comparar los niveles de corrupción de los países Europeos con los nuestros. Particularmente porque en nuestrtos países siguen habiendo militares, asesinos y torturadores impunes. Sí, yo sé que en Europa también, pero no son gobierno.
– La Unión Europea inicia con países que ya estaban desarrollados. Hello, aquí la vara es diferente. Por algo a Europa le dicen primer mundo. Nosotros vamos apenas por el tercero.
– Si no se han dado de guantazos en 60 años, es porque Alemania quedó con una prohibición para tener ejército y Europa del este sin plata para mantenerlo. Pero bien que han sabido ir a terceros países de metiches a hacer desastres militares. Además, decir que la Unión es pacífica por gusto es ignorar el papel que ha tenido la ONU y la OTAN.
– Una cosa es que se unan los países metrópoli, que colonizaron el mundo, que se beneficiaron de todo lo que robaron, que tuvieron y promovieron la esclavitud, en la cima del disfrute de sus ganancias, decidan unirse. Otra, que lo hagan los paisitos como nosotros.
– Entonces, venir a proponer una unión en esos términos sólo demuestra un profundo desconocimiento de la historia y de las condiciones de Centroamérica y manda huevo que le paguen en Euros por venir dos semanas a un destino exótico a decir estupideces sin fundamento. Y entérese que aquí todos pensamos lo mismo, pero no se lo dicen por decencia y si no fuera así, que se levante el que piense otra cosa y se lo diga ya mismo. (Nadie se levantó. Todos hicieron el toque mío de escanear a la audiencia para evitar hacer contacto visual con el expositor) O sea, en tico, ¡qué rico que se la tira!. Yo también quiero ser consultora de la Unión Europea.
Nadie comentó mi comentario. Ni el mismo charlista. Me senté en medio de un absoluto silencio. A mi jefe ni le conté que anduve de deslenguada, porque si no, me regaña. Me hubiera cuestionado que qué gano con eso, que qué pena, que qué va a decir la gente de los abogados de la oficina. Yo me sentí de nuevo como en debate. Tal vez tenga futuro como consultora internacional. Parece que tengo pasta.
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