De un tiempo para acá, vengo alimentas oscuras sospechas de lo que se mueve detrás de Sype, por una serie de hechos desafortunados, curiosamente ligados entre sí, que si la memoria no me falla, ocurren con mayor frecuencia desde que Microsoft adquirió Skype o desde que leí el chisme.
La cosa es que varias veces a la semana, recibo solicitud de amistad de caballeros con nombre gringo, antecedido de formulismos militares (como Lt, Myr, Sgnt) y uniforme militar. Yo tengo que reconocer que a mí Top Gun me jodió el gusto y me cuesta (en realidad no puedo) resistirme a la combinación de un hombre en uniforme sumado a la posibilidad de la versión moderna de un amigo por carta, como los que tenía en la infancia.
O sea, yo chiquita contestaba todas las solicitudes de amistad por carta que encontraba en La Nación, en la revista Tú e incluso contestaba todos los anuncios de las revistas del Pato Donald de los cursos de investigador privado por correspondencia. Nunca, con una sola excepción de un argentino, me dieron pelota. De hecho, cuando escribía artículos para una revista, una vez sugerí contestar uno o varios de esos avisos personales para luego escribir las crónicas, pero la idea se desechó por el peligro, tanto el personal como el de una demanda.
La cosa es que por curiosa, le doy aceptar a la solicitud. El patrón es más o menos similar. El idioma oficial de conversación es inglés. Son soldados activos “deployed” en el medio oriente, usualmente Afganistán. De Irak ya no, porque si no se han dado cuenta, ya los sacaron a todos de ahí, promesa cumplida de Mi Negro.
Me los imagino en la tienda de campaña que sirve de café Internet, perdiendo el tiempo, buscando con quién chatear. Acostumbrados a la dureza del ejército, todos coinciden en lo difícil que es establecer una conversación con un ser humano que no los admire, no los considere como nuestros muchachos, no les agradezca su entrega por la lucha por la libertad y la justicia, no les desee un regreso seguro a casa y más bien les cuestione si no se sienten un poco mal de andar matando a personas inocentes.
En este estudio sociológico empírico que insisto en continuar, ninguno de mis entrevistados entiende bien la política detrás de todo este tema, coinciden en que los árabes son seres que no merecen el calificativo de humanos porque son desalmados, no entienden porqué nadie quiere a los gringos y suelen ser muchachos cristianos, creyentes, que extrañan su país.
Cuando uno los confronta con las atrocidades que las tropas gringas han cometido en todo el mundo o con sus actividades educativas para el dolor, la humillación y la tortura en la Escuela de las Américas o en Guantánamo, responsabilizan a la prensa liberal y rosa (rosa de rojo-comunista, no de chisme de la farándula) de esas mentiras y esas infamias.
Suelen ser republicanos, aunque apoyan al presidente Obama. No quieren hablar de sus compañeros que se han suicidado (que superan al número de soldados muertos en acción) y es posible que tengan prohibido hablar de ciertos temas. O simplemente les da pereza y me dicen que eso es asunto clasificado. Muchos de ellos son militares de carrera, que han participado en cuanta madre y desmadre ha habido desde Vietnam. Son muy viajados, estos muchachos.
Me sorprende que sepan que están en Afganistán, pero estoy casi segura que no lo ubican en el mapamundi. Suelen decirme que mi país, México, es muy bonito. Que la comida mexicana es muy sabrosa, como los burritos, que en México la gente habla buen inglés, que quieren venir de vacaciones a México o invertir aquí- en México. Entonces me doy el gusto de aclararles que del río Bravo (o río Grande) para el sur, hay muchos más países y que no todos son México. Que Costa Rica no es un pueblito mexicano y que las cosas son diferente en cada país de esos que quedan al sur. Cuando no saben qué es el Río Bravo, les doy otros puntos de referencia: Tijuana, donde se consigue peyote y prostitutas; El Paso, Texas (y les menciono a Selena) y ya en plan belicoso, El Alamo y me rajo a opinar sobre la guerra que le significó a México perder buena parte de su territorio.
Le doy rienda suelta a mi maldad y cuando me dicen algo de we americans o America, les recuerdo, a lá juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (revisen las audiencias del caso de FIV) que americanos aquí somos todos. No solo los gringos.
Todos coinciden en que “This is really difficult” refiriéndose a esa labor imposible de hablar con alguien que no sea militar y que les lleve la contraria. Cuando ya se ponen muy necios, los bloqueo de repente y los borro de la lista de contactos sin aviso previo, para que se queden con el clavo.
Ayer me salió uno que decía, en espanich, lo siguiente:
Yo soy el señor. XXX De California Estados Unidos de América. Yo soy un hombre bueno y sincero, de mente abierta y honesta, cariñosa. También soy una persona sencilla, fácil de llevar y cuidar. Estoy igualmente feliz viendo los rayos del amanecer buscar un mundo despierto o disfrutar de una copa de brandy agradable, me gusta viajar compartir ideas con amigos. Me encanta bromear y poner sonrisa a la cara de la gente que me rodea. Estoy Buscando mujer buena y amable, leal, cariñoso, atento, creativo, compasivo, imaginativo, serio, sensual y apasionada …… Pero las mujeres no les gustan que mienten, engañan, irrespetuoso deshonesto, y que acaba de jugar una mala pasada.
Soy un oficial militar de EE.UU. en Afganistán y me gustaría saber más acerca de usted. si no te importa, puedes contactar conmigo directamente a mi dirección de correo electrónico privado (XXX@hotmai.com) para que yo pueda decirle más sobre mi mismo y también enviar mis fotos a usted también. besos. XXX
A este sí lo mandé a la mierda y le dije que América Latina no era ni tienda de esposas morenas ni de putas y que lo denunciaría de inmediato a Skype (cosa que no sé cómo hacer exactamente) y que aprendiera a respetar a otros. Si lo hubiera tenido enfrente, le mando un diccionario de la RAE directo a la jupa. Luego me quedé pensando cómo le puede pedir uno a alguien que mata por la libre a mujeres y niños inocentes, que aplique un concepto tan curioso y ajeno para ellos como el respeto, pero buéh.
Aclaro que mi perfil en Skype no es ponecas ni mucho menos. No dice “Talk army to me”, ni nada por el estilo. Salgo vestida, con manga larga y cuello alto. Ni siquiera tengo tarifa por hora publicada. Es un fenómeno realmente extraño. Necesito saber porqué soy la escogida o aprender a modificar mis settings de privacidad.
La cosa es que no sé porqué estoy tan cotizada y menos entre militares gringos por aquellos lados. No sé si es que me tienen en alguna lista o se pasan el dato. No tengo la menor idea de si es algo que me pasa solo a mí o todos estamos siendo víctimas de algo parecido.
En la de menos estoy en un catálogo como de harem. Si me contacta un árabe y ofrece mi peso en oro, aprovecharé estos mofletes de sobre peso que me adornan y consideraré seriamente iniciar negociaciones. Dicen que Dubai es un excelente destino de shopin’
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