Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

El fuego quema

desde la isla de

Lo filoso corta. El picante enchila. Lo frío refresca. El enchufe jala. Un golpe duele. La sangre asusta.

Son leyes sencillas que aprendemos muy temprano en al vida. Que seguimos aplicando en automático. Que no necesitamos recordar. No merecen reflexión. Son ciertas y punto.

Pero hay cosas, también tan causa efecto, que toman años para verlas. Y a veces se van todos los años que habían y no se vieron. O peor, las viste para reconocerte incapaz de cambiarlas.

Buscás cariño haciéndote útil. Te pegás a gente que siempre te saca algo. No te defendés nunca. Cedés antes de pelear tu campo, tu lugar. No te gusta molestar. Sos el hombro donde todo lo lloran para luego ir a sonreír a otro lado. Te cuentan siempre novelas, tragedias, dramas. Te cargan con toda su mierda. Te piden pero no te piden, porque les da vergüenza, que la limpiés vos, que la recojás vos, que los acompañés vos.

Que hacé esto por mí. Que a vos te sale mejor. Que yo no sé como hacerlo. Que para vos es más fácil. Que ayudame, no, mejor que eso, hacelo por mí. Que crees que si no lo hacés ya no te van a querer más, a hablar más, a valorar más.

Que valés por lo útil que te volvés. Por esa esclavitud incondicional. Porque te dejás. Porque igual no cambia nada.

El cariño no se compra, no. Los patrones se repiten, sí. No es cierto que ibas a ser diferente porque sí. Tomaba darse cuenta, ver para atrás para confirmarlo. Para ver que es la misma historia en otro escenario, con otro actor principal, pero el mismo guión y vos (yo) en el mismo, exacto, papel secundario.

Que la gente, muchas veces, duele. Duele. Y que una se pone y además se deja.

Te necesita, no te quiere. Te usa, no te quiere. Abusa, no te quiere.

Que una tiene derecho a defenderse. Y también a que la quieran. Incondicionalmente.

El cariño no se mendiga.

Tan cierto, tan absoluto, como que el fuego quema. Lo filoso corta, el picante enchila…


Gotitas de lluvia

2 respuestas a “El fuego quema”

  1. Uy, Sole. Te leo y me leo.

  2. ¿Qué dice uno en estos casos? I’m here for you! Y hacete valer, porque valés tu estatura en ORO… y mucho más!!!!

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