Anoche, mientras me acomodaba en mi camita de hotel, por histérica me puse a revisar mi boleto de avión para hacer los cálculos de a qué hora tenía que suspender mis actividades turísticas. Todo estaba en orden. A las 8:00 pm, del día 4 salía el avión de vuelta a Berlín. Pero del cuatro de noviembre, no de octubre, fecha en la que según mis cálculos, yo ya llevaré dos semanas en Costa Rica.
Cualquier expresión de terror se queda corta considerando lo que sentí cuando me di cuenta de semejante cosa. Me pegué al teléfono hasta que logré hablar con alguien de servicio al cliente, que por lograron reacomodarme en otro vuelo para volver hoy a Berlín. Cuando llegué al aropuerto en Alemania, casi beso el piso, al estilo de Juan Pablo II.
Aunque mi falta de cuidado me salió cara, no fue una catástrofe. Mientras me moría de miedo y llamaba a Costa Rica casi llorando contando mi metida de pata (antes de arreglarla, como si desde Costa Rica pudieran hacer algo), mi parte racional me decía que podía estar tranquila, que normalmente habían vuelos cada hora a Alemania, que estaba el tren (9 horas) que incluso me podía devolver el lunes en la mañana, que podía pagar más hotel y que si no había nada disponible en el que estaba, podía buscar otro. Total, nada me obligaba a volver hoy a Berlín. Aquí no tengo perro que me ladre!
Si esto mismo me hubiera pasado en mis épocas de estudiante, el caso habría sido de irse a sentar a las gradas de la embajada tica e implorar clemencia, ayuda y un préstamo sin posibilidades de re-pago. Me sorprende cómo en situaciones tensas uno mismo no se ayuda, porque en lugar de ver todas las condiciones buenas de su etapa actual de vida y las posibilidades que eso implica, casi que hace una regresión a las épocas más duras, cuando esa sensación de pánico era tal vez más frecuente.
Por una cadena de hechos no relacionados entre sí, quedé con la idea de que los austríacos son más sofisticados, pero muy mañosos. Veamos:
Hay un tren entre la ciudad y el aeropuerto, directo. Cuesta 9 euros. Lo que no te dicen que es también hay un s-bahn de transporte público con el mismo recorrido. Cuesta 3.60 euros… y dura solo 10 minutos más.
Anoche, en mi emergencia, la recepcionista me da el número de servicio al cliente de Lufthansa y me dice que llame desde la habitación, que es un número gratuito. Hoy, al hacer checkout, me cobran 7 euros por la llamada y no hay forma que me quiten el cargo. Voy a escribir a la cadena de hoteles a quejarme!
Ayer en el Hotel me ofrecen desayuno por la dizque módica suma de 18 euros, diciendo que es buffet, que es enorme y pintándomelo como algo que no hay que perderse. Yo normalmente podría desayunar con 5! Primero dije que sí, pero después del atracón con chocolates, dije que mejor no. Hoy en la mañana vi el famoso buffet. Es grande porque ponen cada uva en un plato separado, pero no hay nada caliente ni variado. Algunas frutillas, carnes frías, quesos y va jalando!
Uno llega al Palacio de Hofburg y en la atarantazón por entrar al Museo y porque además le explican a uno en alemán, le venden a uno un solo tiquete: el del museo de las cucharas, cuchillos, platos y vasos con que comían los Hasburgo. Entonces luego uno ve a todos en las mismas que uno: buscando la salida de aquel laberinto de juego de vajillas y candelabros, para volver a la boletería y pedir que le vendan otro tiquete para ver el Museo de Sissi, que es el más interesante. Como resultado, pagó uno dos tiquetes, convirtiéndolo en una de las entradas más caras a museos que he pagado.
En todas partes me negaban el descuento para estudiantes, diciendo que era solo para estudiantes entre 19 y 25 años. La implicación evidente también me ofende, aunque hayan pasado 11 años desde que tuve 25!
Los mapas son igualitos a los checos: no se entienden y no corresponden con la realidad.
En el aeropuerto, para matar el hambre, me compré unos chips de jamón, anunciados como una especialidad tirolesa y vendidos por muchachas vestidas a la usanza típica. Cuando los abrí, el olorcillo no presagiaba nada bueno. Cuando me los metí a la boca, terminé de confirmarlo. Fueron a dar a la basura.
Tienen demasiados museos.
Eso que contaba de estar usando a los reyes como objeto de culto. Eso me tiene re-podrida y por insolente nada más de mi parte, porque no tengo motivo objetivo alguno para que me pudra. No sé si es que me recuerda demasiado a esa gente que le día a una que tenía que comportarse como una señorita, que es algo que nunca ha ido conmigo.
Viena tiene además un ambiente o una necesidad de vivir de sus glorias pasadas. Mucha de la publicidad actual de restaurantes o servicios en general, usa al kaiser de referencia “Platillos a la parrilla en la tradición del Kaiser”, “Siéntase como un kaiser”, “Servicio personalizado como en tiempor del Kaiser” y el Kaiser para arriba y el Kaiser para abajo, como objetivo mismo del colmo de la chineazón y la buena cuchara, a pesar que el Kaiser, en realidad, trataba de llevar una vida muy espartana y modesta (en semejante chozón) y dormía muy pocas horas por noche, literalmente en un catre de acero, bastante espantoso para ser la cama de un emperador.
O será que simplemente los miro con sospecha. Porqué a esta ciudad no le pasó nada en la guerra? Cómo reaccionaron los austríacos a la idea de ser anexados al III Reich? porqué nunca se habla de la resistencia? qué pasó con la población judía? Los protegieron? Porqué ahora tienen un gobierno de extrema derecha, nacional socialista para ser exactos? porqué votaron por ellos? Porqué gente como Mozart, Freud, Klimmt y demás hierbas, no se quedaban en la ciudad, sino que buscaban otras cosas más campiranas- pero más lindas- como Praga? Porqué es uno de los países más ricos del mundo? Es cierto que se dedican a la industria bancaria haciendo biombos para lavar dinero? O será que lo mío es pura incomodidad por ignorancia o envidia?
Si Freud estuviera aun vivo, hubiera aprovechado la visita que hice hoy a la casa del buen doctor, para preguntarle, hablarle de mi infancia, de ese edipo truncado que tengo con Alejandro y de la evidente brecha que me abrió con ella, analizar mi envidia fálica y mis trastornos de personalidad. Pero a falta de terapia, también son buenos los queques de chocolante. Me traje el sachertorte debidamente empacado, de la Konditorei que perdió el pleito legal de la paternidad. Dura fresco exactamente una semana y cinco días!
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