Mi amigo Vallo dice que cuando él se metió a política, en una campaña hace muchos años (en la que por cierto me embaucó y terminé clavada en una escuela todo el día), el descuidó su trabajo. En esta campaña, yo estoy haciendo lo que estoy haciendo esencialmente por cuidar el mío.
Resuelvo misterios electorales, reviso contratos, redacto opiniones, hago investigaciones en el TSE haciéndome pasar por una estudiante, capacito miembros de mesa en la zona rural, preparo y redacto escritos exigiendo sanciones. Soy el centro unipersonal de secretariado legal avanzado. Ahora estoy afiladísima en una materia que no me sirve de nada y he perdido toda credibilidad ante el TSE. Me autodenomino el Comando Hormiga.
Hoy tuve que verificar cuál es la sanción por enviar mensajes de texto no solicitados. Lo resolví muy fácil: llamé a la SUTEL y dije que la tendencia contraria me tiene loca con los mensajitos, que qué les hacen, que la queja, a dónde, que quién resuelve. Nadie sabía nada.
Me tocó además conseguir 120 abogados para el día de la Convención. Los señoritos no van a sentarse en las mesas, somos algo así como un cuerpo de choque liderado por mí, que tengo que hacer insignes esfuerzos para disimular la ahuevazón. Recluté como 30 en la oficina, aplicando el látigo. A los demás, les he tenido que cobrar favores pasados o amenazarlos con los riesgos de colorearse como enemigos políticos. Basta con decirles que salen de San José para que todos de repente digan que les encantaría ayudar pero que ese día ya tienen compromisos personales. Puse a mis hermanos, a todos mis amigos y por supuesto al Patán. Todos me hicieron prometer que no los molestara el domingo, porque es solo para hacer pelota y agrandar la lista.
Lo peor de todo, ha sido lidiar con los bombetas que convierten una reunión de una hora en una conversa chismosa de tres horas seguidas. Mi jefe, con vocación de santo, sonríe. Yo pongo cara de piedra, interrumpo y digo “Bueno YA! SIGAMOS que no vamos a terminar nunca!” y la bombeta en cuestión dice “Para el cantón de Los Chiles, tengo a fulana- hace una pausa- fulana, te acordás? Ella andaba con mengano en la administración de José María y todo el mundo decía en el Ministerio de tal cosa…” y terminamos todos enterados de las aventuras de los calzonillos ajenos.
Los más comprometidos con la causa llevan quince días de dormir a punta de Tafil y creen que es normal estar amarillentos y que les tiemblen las manos.
Mi jefe me dice que no me haga la vida de cuadritos. Que en política todo es así, un enorme caos muy desordenado, donde como todo es voluntariado, no se le puede exigir a nadie nada y hay que hacerlo todo uno. “Uno” meaning me, of course. Y dice que las encuestas son mágicas, porque se publican y empieza a sonar el teléfono diciendo “Diay??? No han venido por el cheque!” o “Decime, pero decime, en qué te ayudo”
Hoy, mientras se armaba la trifulca en Monumental, observé en acción los nuevos servicios que nos brinda la Municipalidad de San José a nosotros, el poder de la gente: tienen unos funcionarios qad honorem, que, para no desentonar, se visten de indigentes, y el día que pasa la basura, abren todas las bolsas, las revisan, se llevan lo que ocupan y hasta se las pelean, porque todos los días hay más cuadrillas, gracias a la inoperancia de todos sabemos quien. Qué va a ser la Muni de Curri con sus aspiraciones europerizadas de claisifcar basura! Tomen para que aprendan: La nuestra le da empleo y elementos de desecho a los más necesitados!
Yo, el domingo, me toca soterrarme en el centro de operaciones, calculo que unas quince horas y luego ir al Balcón Verde a celebrar el resultado (espero). Tuve que empezar por buscar algo color verde Liberación, que no tengo nada. Lo que guardo como un secreto a prueba de todo, es que desde enero perdí la cédula y como desde entonces se veía como venía esta vara, no me molesté en ir a sacarla. Seré una abstencionista más. Feliz, en esta ocasión, de no ejercer mi deber como liberacionista de hueso colorado.
Me llevaré mi compu, mis cositas de comer, mis libros y traté de hundirme en una esquina. Y por supuesto, en nuestra tradición electorera, reportaré de todos los chismes de los que me de cuenta.
Nota de Sole: No se lo tomen a la tremenda. Mucho de lo aquí dicho es exageración dramática. Salvo lo del nuevo servicio de la Muni. Eso es un drama en sí mismo.
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