octubre 28, 2022
octubre 27, 2022
Anuarios
Tenemos que llenar los anuarios de los Prepas, incluyendo un mensajito para cada uno.
Pato quiere ser cocinero cuando sea grande. Dice que su comida favorita es la sandía, que odia la lechuga, su superhéroe of choice es Spiderman y su animal favorito, los perros, obvio.
Yo lleno a lapicero a velocidad impresionante los 11 libritos. Ponerles stickers es un poco más lento.
Llegamos a la parte del mensaje para cada uno, que tiene un renglón corto de espacio:
Hola K. Espero que te mejores de la enfermedad que te dio tu hermana y que mañana juguemos otra vez a perseguirnos, eres el mejor para jugar perrito y…
Yo: Mejor le ponemos Espero que siempre seamos amigos. Sigamos
Hola J. Espero que tu mamá vuelva pronto del viaje donde anda y te traiga muchas cosas y vuelvas a estar feliz cuando la veas de nuevo y …
Yo: Ya puse Te deseo todo lo mejor en la escuela.
Hola M. Eres mi mejor amiga, me gusta mucho jugar contigo, no sabía que querías ser pilota de aviones, a mí me gustan los aviones…
Hola S. Espero que tu y M estén siempre juntos en primer grado y en el resto de la escuela porque en primer grado debe ser bonito tener a los amigos de uno con uno.
Y así. En algún momento se da cuenta que yo ya he terminado de escribir cuando él no ha terminado de hablar. En otro, me reclama porque es evidente que lo que yo escribí no refleja su sentido y largo mensaje a sus compañeros.
Toca llenar el de la que ha sido su maestra tres años.
–Mamá, pero es que ella solo habla alemán
-Sí…
Entonces ocurre:
–Bueno. Ich möchte ins Kindergarten bleiben aber ich muss zur Schule gehen. Ich liebe dich immer.
Su vocecita dulce, forma una frase completa, pronunciada perfectamente. Sin pensarlo, sin trabarse.
Mamá se siente orgullosa, aunque sea una cosa pequeña.
Tenemos que llenar los anuarios de los Prepas, incluyendo un mensajito para cada uno.
Pato quiere ser cocinero cuando sea grande. Dice que su comida favorita es la sandía, que odia la lechuga, su superhéroe of choice es Spiderman y su animal favorito, los perros, obvio.
Yo lleno a lapicero a velocidad impresionante los 11 libritos. Ponerles stickers es un poco más lento.
Llegamos a la parte del mensaje para cada uno, que tiene un renglón corto de espacio:
Hola K. Espero que te mejores de la enfermedad que te dio tu hermana y que mañana juguemos otra vez a perseguirnos, eres el mejor para jugar perrito y…
Yo: Mejor le ponemos Espero que siempre seamos amigos. Sigamos
Hola J. Espero que tu mamá vuelva pronto del viaje donde anda y te traiga muchas cosas y vuelvas a estar feliz cuando la veas de nuevo y …
Yo: Ya puse Te deseo todo lo mejor en la escuela.
Hola M. Eres mi mejor amiga, me gusta mucho jugar contigo, no sabía que querías ser pilota de aviones, a mí me gustan los aviones…
Hola S. Espero que tu y M estén siempre juntos en primer grado y en el resto de la escuela porque en primer grado debe ser bonito tener a los amigos de uno con uno.
Y así. En algún momento se da cuenta que yo ya he terminado de escribir cuando él no ha terminado de hablar. En otro, me reclama porque es evidente que lo que yo escribí no refleja su sentido y largo mensaje a sus compañeros.
Toca llenar el de la que ha sido su maestra tres años.
–Mamá, pero es que ella solo habla alemán
-Sí…
Entonces ocurre:
–Bueno. Ich möchte ins Kindergarten bleiben aber ich muss zur Schule gehen. Ich liebe dich immer.
Su vocecita dulce, forma una frase completa, pronunciada perfectamente. Sin pensarlo, sin trabarse.
Mamá se siente orgullosa, aunque sea una cosa pequeña.
octubre 24, 2022
Cuando
Yo me imagino que cuando se empiezan a morir los referentes de tu vida, los que fueron adultos mientras vos crecías: la reina, el actor, el cantante, el tío; cuando se te empiezan enfermar o a morir los amigos; cuando ves a tus papás morir a poquitos; cuando nadie te entiende cuando hablás; cuando te vas haciendo invisible; cuando las cosas nuevas te son ajenas y necesitás evitarlas porque solo te sentís cómodo en el pasado; , debe ser cuando uno ya está dispuesto a solar la vida porque la muerte debe ser mejor que esta soledad horrible.
Yo me imagino que cuando se empiezan a morir los referentes de tu vida, los que fueron adultos mientras vos crecías: la reina, el actor, el cantante, el tío; cuando se te empiezan enfermar o a morir los amigos; cuando ves a tus papás morir a poquitos; cuando nadie te entiende cuando hablás; cuando te vas haciendo invisible; cuando las cosas nuevas te son ajenas y necesitás evitarlas porque solo te sentís cómodo en el pasado; , debe ser cuando uno ya está dispuesto a solar la vida porque la muerte debe ser mejor que esta soledad horrible.
octubre 24, 2022
Die kleine Rauper die niemals ein Schmetterling wird
Hoy Marce me contó de cómo no se sabe realmente como pasa una oruga a ser mariposa. Han abierto el capullo a las 24 hrs de ser capullo y ya no hay oruga y no se sabe porqué. Hay una “baba” que tiene pedacitos minúsculos de lo que serán las partes de la mariposa, una que será sus alas, otra su cuerpo, otra sus antenas, otra su lengua larguísima que se enrolla.
La oruga es como la bolsa de esa baba y esas partículas pero a la vez camina, come, crece, engorda, se comporta como un insecto.
Lo que más me sorprende es que han condicionado a una oruga, exponiéndola a un olor y electrocutándola inmediatamente- lastimándola- hasta que la oruga siente el olor y huye. Cuando se convierte en mariposa, cuando se expone a ese olor, huye.
La memoria del trauma y su mecanismo de herencia. Aunque la oruga no es la mariposa. Ni la mariposa es la oruga
agosto 19, 2022
A vampire tail
Cojo la bolsa de nadar. La subo al carro. Llego a la piscina. Me bajo. Bajo la bolsa. La pongo en una banca y veo como una pelusa negra agarrada de la malla de la bolsa. Cuando me acerco- porque ya no veo de cerca sin anteojos- le veo cola y pienso que será un ratoncito muerto. La sacudo y esto cae al suelo.
Cuando salgo de nadar, ha hecho un giro de 180°, mueve las orejas y me hace trompitas. Posa para la foto. Que quiere aplicar para mascota de Pato, dice.
En simultáneo, en mi noche interna, se disipa la niebla y el hombre elegante de capa y ojos oscuros me extiende una mano muy pálida. Sus ojos tan oscuros. Su sonrisa triste, antigua. Lo escucho, desde mis adentros “Te ofrezco la vida eterna. La otra vida eterna”
The night is dark and full of terrors. Si viviera en Europa, me perdería de estas experiencias tan tropicales. En su defensa, estaba todo aturdido. No es mornin’ vermin. Por dicha no se alborotó en el carro.
Ni asco, ni miedo. Tal vez un poco de añoranza. Solo eso

Cojo la bolsa de nadar. La subo al carro. Llego a la piscina. Me bajo. Bajo la bolsa. La pongo en una banca y veo como una pelusa negra agarrada de la malla de la bolsa. Cuando me acerco- porque ya no veo de cerca sin anteojos- le veo cola y pienso que será un ratoncito muerto. La sacudo y esto cae al suelo.
Cuando salgo de nadar, ha hecho un giro de 180°, mueve las orejas y me hace trompitas. Posa para la foto. Que quiere aplicar para mascota de Pato, dice.
En simultáneo, en mi noche interna, se disipa la niebla y el hombre elegante de capa y ojos oscuros me extiende una mano muy pálida. Sus ojos tan oscuros. Su sonrisa triste, antigua. Lo escucho, desde mis adentros “Te ofrezco la vida eterna. La otra vida eterna”
The night is dark and full of terrors. Si viviera en Europa, me perdería de estas experiencias tan tropicales. En su defensa, estaba todo aturdido. No es mornin’ vermin. Por dicha no se alborotó en el carro.
Ni asco, ni miedo. Tal vez un poco de añoranza. Solo eso
agosto 4, 2022
Temores
agosto 3, 2022
Náuseas
Estaba nadando, muy despacio y sentí las náuseas. Las náuseas del miedo. Es miedo. Pero no es cierto. Lo que siento es el peso del recuerdo del marzo de la noticia, de los días en que no sabía si me iba a morir, las noches que me dormía llorando abrazada a Pato y la angustia, la incertidumbre, los exámenes, el seguro, las vías, la anestesia, la cirugía. Y después, la nada. Una nada enorme, viscosa, sabiendo que tenía que rendirme y quedarme quieta en un solo lugar porque no era un tema de avanzar, era de resistencia.
Y cómo se me borró la mente y la memoria y me dejó de funcionar el cerebro. La sensación de perder el control del cuerpo y la medicamentosidad en que se convirtió la vida. La cotidaneidad de que todo me cayera mal y a la vez que no me importara. Los ciclos de quimio. Pato. La vacuna del mareo es lo que me tiene así. Quedarme hecha un puño en una cama por días. Sedarme porque estaba mejor dormida que en ese estado de suspensión de la vida
Forzar el cerebro al máximo para acercarme a rendir apenas lo necesario. Apostarle a un cuerpo que siempre me ha fallado y me volvió a fallas: dos veces, cáncer. Hacer la paz con morirme si eso llegaba a pasar, a despedirme, a reconocer que no hay nada más, que no me daría cuenta. A no pensar en el dolor de los demás por esa impotencia, que me cierra la garganta y me desgarra por dentro. No me dejen sufrir. Cuiden a Pato.
La ideación. No quiero que me van mal. No quiero irme apagando. Primero me mato.
Es normal que quedés traumada, me dice el médico. Pero yo sé que no es normal que llore así cada vez que me ponen una vía. Y a la vez sé que no lloro por el dolor. Lloro por todo lo que me pasó y no lloré porque no recordaba ni cómo llorar.
Y ahora, que tengo que revisar-controlar, para verificar que no hay nada, que me curé, que todo está bien, todo aprovecha y vuelve. Y entonces, las náuseas.
Estaba nadando, muy despacio y sentí las náuseas. Las náuseas del miedo. Es miedo. Pero no es cierto. Lo que siento es el peso del recuerdo del marzo de la noticia, de los días en que no sabía si me iba a morir, las noches que me dormía llorando abrazada a Pato y la angustia, la incertidumbre, los exámenes, el seguro, las vías, la anestesia, la cirugía. Y después, la nada. Una nada enorme, viscosa, sabiendo que tenía que rendirme y quedarme quieta en un solo lugar porque no era un tema de avanzar, era de resistencia.
Y cómo se me borró la mente y la memoria y me dejó de funcionar el cerebro. La sensación de perder el control del cuerpo y la medicamentosidad en que se convirtió la vida. La cotidaneidad de que todo me cayera mal y a la vez que no me importara. Los ciclos de quimio. Pato. La vacuna del mareo es lo que me tiene así. Quedarme hecha un puño en una cama por días. Sedarme porque estaba mejor dormida que en ese estado de suspensión de la vida
Forzar el cerebro al máximo para acercarme a rendir apenas lo necesario. Apostarle a un cuerpo que siempre me ha fallado y me volvió a fallas: dos veces, cáncer. Hacer la paz con morirme si eso llegaba a pasar, a despedirme, a reconocer que no hay nada más, que no me daría cuenta. A no pensar en el dolor de los demás por esa impotencia, que me cierra la garganta y me desgarra por dentro. No me dejen sufrir. Cuiden a Pato.
La ideación. No quiero que me van mal. No quiero irme apagando. Primero me mato.
Es normal que quedés traumada, me dice el médico. Pero yo sé que no es normal que llore así cada vez que me ponen una vía. Y a la vez sé que no lloro por el dolor. Lloro por todo lo que me pasó y no lloré porque no recordaba ni cómo llorar.
Y ahora, que tengo que revisar-controlar, para verificar que no hay nada, que me curé, que todo está bien, todo aprovecha y vuelve. Y entonces, las náuseas.
julio 3, 2022
RoeVsWade vs Dámelo que yo lo adopto
Crecemos expuestos a películas, cuentos e historias donde una madre atribulada por su situación de pobreza o cualquier otra amenaza igual de estructural o resistente a soluciones, amorosamente deposita a su recién nacido en el portal de una Iglesia, convento o casa, usualmente en una canasta. Adentro, una nota escrita a mano capaz de hacer llorar al más plantado, una cobijita o ropita escogida con amor y dolor y, tal vez, una cadenita o algo para que sea recordada siempre, en esa vida que, en un acto casi de inhumano desprendimiento, esa sufrida mujer procura para su retoño.
Para los hispanohablantes, sobran los ejemplos transgeneracionales: Marcelino Pan y Vino, y su adorado Fray Patata, que en toda la inocencia de sus cinco añitos, pregunta “¿qué es una madre?”, justamente lo mismo que preguntaron los Niños Perdidos de Nunca Jamás en la versión Disney de Peter Pan. Seguís leyendo?
Crecemos expuestos a películas, cuentos e historias donde una madre atribulada por su situación de pobreza o cualquier otra amenaza igual de estructural o resistente a soluciones, amorosamente deposita a su recién nacido en el portal de una Iglesia, convento o casa, usualmente en una canasta. Adentro, una nota escrita a mano capaz de hacer llorar al más plantado, una cobijita o ropita escogida con amor y dolor y, tal vez, una cadenita o algo para que sea recordada siempre, en esa vida que, en un acto casi de inhumano desprendimiento, esa sufrida mujer procura para su retoño.
Para los hispanohablantes, sobran los ejemplos transgeneracionales: Marcelino Pan y Vino, y su adorado Fray Patata, que en toda la inocencia de sus cinco añitos, pregunta “¿qué es una madre?”, justamente lo mismo que preguntaron los Niños Perdidos de Nunca Jamás en la versión Disney de Peter Pan. Seguís leyendo?
junio 10, 2022
Cómo te enseño a perder
La noche anterior, cuando te avisamos que íbamos para el torneo, hubo mucho llanto y trompas:
“No quiero ir”
“Yo no estoy preparado”
“¿Y si pierdo? ¿Y si los demás se burlan de mí? ¿Y si me equivoco?”
“Estoy nervioso, me duele la pancita”
De poco sirvió decirte que el profesor del club de ajedrez nos había asegurado que estabas tan listo como cualquier otro niño de preparatoria. Nadie esperaba que fueras Kasparov, era solo para familiarizarte con la dinámica de estas cosas.
Pato: al toro, por los cuernos. Si no querés pasar toda la vida huyéndole al miedo, perdido en recovecos con tal de no enfrentar, sintiendo miedo del miedo mismo; no queda más que pararse al frente, con todo y los nervios y susto y el dolor de panza. Pasa rápido, te lo prometo.
La noche anterior, cuando te avisamos que íbamos para el torneo, hubo mucho llanto y trompas:
“No quiero ir”
“Yo no estoy preparado”
“¿Y si pierdo? ¿Y si los demás se burlan de mí? ¿Y si me equivoco?”
“Estoy nervioso, me duele la pancita”
De poco sirvió decirte que el profesor del club de ajedrez nos había asegurado que estabas tan listo como cualquier otro niño de preparatoria. Nadie esperaba que fueras Kasparov, era solo para familiarizarte con la dinámica de estas cosas.
Pato: al toro, por los cuernos. Si no querés pasar toda la vida huyéndole al miedo, perdido en recovecos con tal de no enfrentar, sintiendo miedo del miedo mismo; no queda más que pararse al frente, con todo y los nervios y susto y el dolor de panza. Pasa rápido, te lo prometo.
junio 10, 2022
El Hijo del Santo en Costa Rica
Llegamos temprano al gimnasio de la Ciudad Deportiva de Hatillo 2. Ya garuaba y había un poco de fila. Nadie sabía decirte cuál era la entrada VIP. Alguien de la producción señaló un portón y para allá nos fuimos. El resto de las entradas eran gratuitas.
Detrás de nosotros, un policía pensionado, con su gorra de servicio, nos metió conversa y mencionó luchadores legendarios. El único nombre que reconocimos era Huracán Ramírez. Contó que de chiquillo iba a ver las películas de El Santo en el cine: todos se levantaban a aplaudir, a abuchear los villanos y que aquello era como estar en el ring.
Llegamos temprano al gimnasio de la Ciudad Deportiva de Hatillo 2. Ya garuaba y había un poco de fila. Nadie sabía decirte cuál era la entrada VIP. Alguien de la producción señaló un portón y para allá nos fuimos. El resto de las entradas eran gratuitas.
Detrás de nosotros, un policía pensionado, con su gorra de servicio, nos metió conversa y mencionó luchadores legendarios. El único nombre que reconocimos era Huracán Ramírez. Contó que de chiquillo iba a ver las películas de El Santo en el cine: todos se levantaban a aplaudir, a abuchear los villanos y que aquello era como estar en el ring.