Categoría: Sin categoría
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Camino a Denver
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desde la isla de
Dicen que en la tienda Britt del aeropuerto se dejaron una foto mía, con la advertencia de que no permitan que me acerque a los platanitos con chile que se le ofrecen a los turistas. Que no se dejen engañar por la pinta de larguirucha y pelilarga ni porque pregunto en inglés por los discos…
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Queja pública
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desde la isla de
Estimada señora Contralora de servicios del Ministerio en cuestión: Por medio de la presente, deseo hacerle llegar mis más sentidas disculpas por el colerón que le ocasioné innecesariamente el día de hoy con mis comentarios generados al hervor del encontronazo de víboras que protagonizáramos su merced y yo en horas de la tarde. Espero que…
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Y yo, que hasta me hubiera depilado por vos
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desde la isla de
Cuando se va acercando la fecha de mi cita mensual, con preocupación empiezo a notar en el espejo un parecido histórico con Frida Kahlo, sobre todo en la ilusión de la mirada severa por culpa de la única ceja, las patillas y el bigotillo incipiente. También ayuda el pelo y los ojos negros. Y me…
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Domingo de Gloria
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desde la isla de
El viernes santo achicharraba lentamente las hojas amarillas y sedientas de los potreros. El bis bis del vía crucis de las viejas beatas inundaba con fuerza de plaga las calles de Nandaime. En la iglesia, el cura se aturugaba de las donaciones al huerto, de las empanadas, los dulces, los panes, las comidas que las…
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El Patán strikes (yet) again
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desde la isla de
El Patán se lamenta de haber pasado por ese proceso terrible en el que, a cambio de la condición de amigo, fue debidamente convertido, ante mis ojos, en un ser asexuado, inerte e incapaz de cualquier ataque y peligro. Se lamenta de que ya no se me dilaten las pupilas ni se me acelere el…
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Paradero Cementerios
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desde la isla de
Cuando uno ha crecido con parientes cercanos muertos, ir al cementerio es parte de la rutina semanal. Hablarle a una tumba no tiene nada de particular, y cumplir con esos rituales de limpieza, poner flores, arregla y contemplar el lugar, tampoco. Uno se siente poseedor de cierto conocimiento y soltura del que carecen todos aquellos…
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Cédulas, dolores y Caquelas
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desde la isla de
Temprano en la mañana, nos aventuramos en una oficina pública. El título de abogado aquí no me sirve de nada. Me siento perdida, absolutamente, en un mundo de trámites con palabras que solo he visto en diccionarios. Como nunca he emigrado a ninguna parte, me espeluzno de lo que me espera si llego a cambiarme…
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La Mari
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desde la isla de
La Mari era una chiquilla, ponte tú, especial. Obvio que la gente no podía ver eso. Se fijaban en sus ojitos achinados, sus manitas regordetas y aquella lengua rosadita siempre asomando por una esquina de la boca. “Es mongolita” decían, con crueldad y asco mal disimulado. Y con eso se daban permiso de ignorarla y…
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El primer día
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desde la isla de
El primer día, me sorprendieron cosas de lo más cotidianas: Amanecemos en el mismo cuarto (“la pieza”) donde nació el Antídoto, donde pasó sus primeros meses, antes del exilio forzado. En la pared hay un recorte de periódico de hace muchos años, un reportaje de la educación en Costa Rica, en la foto, el orgullo…
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Y regresé…
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desde la isla de
Pero ganas de devolverme no me faltan. Apenas me ponga al día con el brete, comienzo mis reportes, porque por aquellas tierras apenas me daba tiempo de respirar y sonreír.