Siguiendo el ejemplo que en un reciente post me diera mi amigo Dean, y a la luz de los recientes eventos en los comments de “El informe” considero conveniente señalar:
Que yo, SOLENTINAME, en ejercicio de todas mis facultades mentales formalmente declaro que los escritos que se incluyen en este blog no siempre corresponden a la vida, real, actual o propia de la suscrita. Que muchos de ellos son producto de la imaginación, reflejan situaciones ajenas o condiciones que nunca existieron. Que escribo desde hace muchos años y que en ocasiones se postean escritos, cuentos o poemas que no coinciden con mi realidad actual o que fueron escritos en el pasado, inspirados en historias que escuché, personas que conocí o que inventé, producto de lo que altaneramente me atrevo a calificar de inspiración. Que el tono de los escritos varía como ejercicio literario y que bajo ningún concepto deben entenderse como pistas directas a mi pobre estado psiquiátrico o indicios de trastornos en la conducta o en la personalidad.
Que en lo personal considero errado y arrogante formarse una idea de alguien solamente a través de lo que escribe, vive, vivió, vio a otros vivir o imaginó, mucho menos para darse el tupé de hacer un análisis personal que además de improcedente es ampliamente irrespetuoso. Que los comentarios que se hacen a los posts se entienden dentro de esos límites de ilusión y fantasía mezclados a medias con la realidad y con mucha exageración de mi parte que en forma educada se ha dado en llamar licencia literaria para no decirle mentiroso a un aprendiz de escritor.
Que este blog podrá mostrar algo de mí en la porción libre de imaginación que no se indica cuál es y que procuraré no indicar nunca, pero está lejos de ser un blog estrictamente personal o apegado a la realidad y que en razón del principio de respeto a la privacidad ajena, los detalles reales o que no se comentan se reservan para mí y mis allegados virtuales o reales.
Que disfruto mucho con los comments, incluso con los anónimos, siempre y cuando no se cruce la frontera del respeto que debe existir entre las personas y las ideas. Cualquier ataque personal o consideración ofensiva puede hacerse en otros lugares que no requieran anónimos y de frente, para facilitar una discusión real.
¿Muy abogadil? De fijo. Pero a veces, como decía el Che, se requiere el poder de la violencia para contrarrestar la violencia del poder, sobre todo si el poder lo da el escondite de lo anónimo.
Pronto y para mayor claridad ilustraré aspectos que me pudren hasta la médula, como el verbo hermano, de la salvación de cristo y el amor de diosnuestroseñor y la dizque conciencia de género de feministas trasnochadas que se arogan mi representación y conocimiento de la psique solo por que ambas tenemos vagina. He dicho.
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