ya les había contado de que nuevamente tuvimos el honor de ser seleccionados (que quiénes somos nosotros? ah, sí eeeh: me, myself and I) en el concurso internacional de Chile con mis Ojos que organiza todos los años TVN.
Este es el video. Mi suegro me había dicho que era muy emocionante, pero yo no estaba tan convencida. Al verlo y sobre todo al escucharlo, se me paró todo el pelo y me puse a llorar como la más tonta. Ni siquiera yo, que lo escribí, una y otra vez, que lo llevo muy adentro, que me lo había imaginado completo con detalles; le podía haber dado el nivel de sensibilidad que la maravillosa actriz chilena Anita Reeves le dio con su locución a mi cuentito.
Este video es ante todo de un chiquitín parlanchín que se llama Matías, de su papá, el famoso y querido Tugo y del papá del papá (o sea del abuelo del Mati), que se llama Rodolfo. Sin ellos, no habría yo sabido nunca de un hombre bueno que le contaba a su hijo, en las noches, las historias del Toqui de América. Sin el hijo, yo no habría sabido que el padre fue alguna vez Caupolicán. Sin el nieto, no habría promesas que hacerle a ningún hijo.
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