En la parada final del tour, Matías nos cuenta como aquí, en este punto, se abrió por primera vez el muro. Como él no lo podía creer y se fue con sus amigos a otro checkpoint, para ir a Kreuzberg, un barrio colorido y lleno de artistas y amigos. Como celebraron dos días seguidos, bailando, tomando, abrazándose. Nos enseña la foto de adolescente de 30 años, que salió en el periódico, con una sonrisa enorme, pasando la frontera con su pasaporte de DDR en la mano. Yo le pregunto, al mejor estilo de periodista tico baboso “y qué sintió?”. Entonces deja de lado el discurso del tour y con un tono mucho más personal, me dice “Aunque estábamos muy felices, había que dormir en algún momento. Yo regresé a mi casa, en Prenzlauer Berg y debo haber dormido unas 20 horas seguidas. Cuando me desperté– y traga grueso- me puse a llorar porque pensé que había sido apenas un sueño. Fue hasta que puse la radio que pude entender que era cierto. El muro se había caído”
Mi profesora de alemán, explicándonos porqué la actual generación de estudiantes de colegio berlineses, no sabe cuándo se construyó el muro, quién lo construyó o qué era la DDR: “Nosotros hemos perdido mucho de la memoria histórica, probablemente porque entre generaciones hay un silencio enorme. Las cosas que uno normalmente le preguntaría a un abuelo o a un padre, aquí no se preguntan. Y eso, encuentro yo, es tristemente normal cuando las preguntas se le hacen a una generación que perdió una guerra o que permitió algo muy malo, como un gobierno maligno. Porque las preguntas de los hijos siempre serán porqué lo hiciste? cómo no pudiste ver que eso iba a terminar en una matanza? te gustaría que te lo hubieran hecho a vos? Y así no hay forma que nadie acepte que votó, por ejemplo, con entusiasmo por el partido nacional socialista. Y entonces queda eso, el silencio. Porque además preguntan cuando ya están grandes. Y cuando están chicos, nadie quiere llenarles sus cabecitas de historias de terror. Por eso, el silencio. También puede ser que la gente necesite separarse un poco de su vivencia, darse un espacio, para volver a hablar de alla muchos años después y explicar y explicarse porqué pasó lo que se vivió. Porqué.”
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