El sistema de facturación de Taco Bell se alzó en huelga. Por eso me quedé más tiempo de lo normal en la caja, discutiendo que no era mi culpa lo del sistema y que no, no andaba efectivo y que no me daba la gana esperarme a que se arreglara la cosa porque cualquier baboso sabe que la comida de ese lugar no se puede comer fría y que vieran a ver qué hacían porque si no tenían un buen sistema no me tenían que haber tomado la orden y mucho menos alistarla. Y así hasta que me regalaron la orden y tuve la oportunidad de escuchar la conversación que a continuación transcribo para la posteridá:
Cliente: (revisa lo que va en la bolsa de “para llevar”) Señorita, mire, se equivocaron, me pusieron unas papas.
Cajera: (revisa el recibo) No. Usted pidió peCsi y papas. Aquí dice.
Cliente: (suspira, se cruza de brazos, y se contagia de mi intransigencia). NO. Yo lo que pedí fue peCsi y piCsa.
Cajera: (con sorpresa) peCsi y piCsa? Yo le oí peCsi y papas…
Cliente: (ya con tono cabrón) pero CÓMO se va a confundir, AH? Yo le dije clarito “peCsi y piCsa” y no quiero estas papas y me urge así que quiero mi piCsa…
Cajera:(presintiendo quién iba a pagar la diferencia) Pero es que la piCsa es más cara y no le puedo cobrar la diferencia porque estamos sin sistema…
Ellos se quedaron discutiendo, mientras yo me alejaba con mi orden de grasa gratis, mordiéndome la lengua para no caer en la tentación arrogante de sugerir que ambos revisen sus pronunciaciones de barbarismos para evitar enredos cuando uno come cosas que se tienen nombres en lenguas que no le son connaturales a uno en franquicias globalizadas de comida basura. Cuándo se ha visto, por ejemplo, que se confunda una orden de gallo pinto con una de tortilla con queso? o un taco de la mexicana con un ceviche mixto?
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