Noviembre fue un mes horrible. Me pasaron cosas que luego entendí que no eran importantes, pero sí lo eran. No ameritaban mi reacción, pero sí fueron parteaguas. Como despertar de una pesadilla y tomar decisiones a futuro. Dejar cosas de lado. Entender mi lugar en el esquema de las cosas.
Tengo tareas personales, como controlar el miedo. He tenido la suerte de contar con guía y terapia.
Hay días que se me olvida todo y quisiera que todo fuera como antes, pero se rompió un vidrio, para que lo que soy, aunque sea hasta ahora, sea la que viva mi vida.
Me molesta lo que me cuesta Navidad. No quise/no pude poner un solo adorno y Pato asumió las labores. Todas las mañanas, aunque me lo proponga, es una batalla entre hundirme y salir a flote. Pero no quiero que gane el trauma.
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