Hay días, más bien noches, en las que sueño que vuelvo a ser fiscal.
Aparezco en la fiscalía, no sé ni cómo, en un primer día, a sabiendas que tengo que actualizar conocimientos, tratando de disimular que no sé qué estoy haciendo.
Ofrezco hacerme cargo de distribuir notificaciones. Resulta que son documentos falsos.
Se arma un mini pereque pero queda claro que nos engañaron a todos.
Alguien dice que yo cada cierto tiempo vuelvo a la fiscalía. Nadie sabe cómo ni por quién. Tampoco sé si me van a pagar o cuánto.
Deja un comentario