Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

May the 4th be with you

desde la isla de

El regreso no fue fácil.

Mi reloj biológico no se ha terminado de ajustar. Me despierto a la 1 o 2 de la mañana. Poco a poco se fue corriendo a las 3. Y con ayuda de un antialérgico, pasó a las 6 am.

Mi estómago se reveló. Básicamente todo lo que he comido me ha caído mal. Hasta mis porquerías favoritas. No he logrado que todo vuelva a la normalidad. Así que hoy decidí quedarme sola con mi panza revuelta y tratar de hacer ayuno a ver si acaso.

Ya no me duelen los pies o las piernas, pero cada vez que levanto algo, se reactiva la contractura que tengo en la cintura. Ayer fue especialmente grosero. Pasé más o menos 4 horas sentada en sillas duras, inflexibles, que me dejaron aun peor. Además, por llamadas, tuve que cancelar mis citas con de terapia física. Y mi backup de terapia está empezando una relación y huyó a la playa con el galán.

He tenido sueños raros, de mi juventud, de maes que quise mucho- o con los que me obsesioné- y que nunca me quisieron de vuelta. La humillación de estar esperando migajas. El antialérgico los espantó.

Mi pensamiento intrusivo más reciente, es recordar a maes ya señores que siempre me han parecido atractivos pero a los que no les digo nada porque no tendría sentido y nada más me parecen guapos aunque socialmente no sean un Brad Pitt o ni siquiera han envejecido bien. Creo que nadie les dice nada.

Cerca de mis 53, me arrepiento de no haberles dicho. Y quisiera pensar que alguien me lo dirá a mí- aun no pasa- porque cuando lo único que el cuerpo te dice es me duele, me cayó mal, estoy cansada, creo que se debe sentir bonito oír algo así.


Gotitas de lluvia

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