Anoche soñé que estudiaba alemán con Pato en una biblioteca enorme y antigua, como dentro del vaticano. Los cielos altos, todo de madera, el silencio, los libros, las mesas. Un lugar donde monjes adolescentes habían copiado libros a mano.
La trama se diluye con la hora, pero era algo similar al Código de Da Vinci. Un misterio religioso. Un cura alto, de negro, que en una bolsa en la camisa llevaba un abrecartas con un mango en forma de cruz. Tenía canas. Y yo tenía esa sensación, a la que nunca le creo, de que yo le gustaba.
Deja un comentario