Soñé que era otra vez adolescente. Con el paso de las horas, ya casi no recuerdo el detalle de lo que soñé. Sé que era en la casa de mi mamá y cada cosa que me decía, cada cosa que hacía, me hacía sentir aquella rabia que me estallaba por dentro, la impotencia, las ganas de gritar, las ganas de salir corriendo, odio y muy abajo, un dolor inmenso y ese deseo imposible y ardiente de ser normal
Adolescencia
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desde la isla de
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