Los ataques de ansiedad son eso: hoyos negros, con fuerza de atracción que aparecen de repente y me jalan hacia ellos.
He estado teniendo pequeños ataques, de repente, sin motivo, sin aviso.
No tienen motivo consciente. Llegan, de repente, como un relámpago, a veces con el pensamiento intruso, a veces sin él.
A veces, por sadomasoquismo, soy cruel conmigo y no lo interrumpo.
Los he tenido dormida. Los reconozco cuando estoy soñando.
Me pregunto si el medicamento está fallando.
Pero creo que es más mi mente, preparándose para el regreso a la vida normal a partir del lunes.
Yo soy más fuerte que ellos. Y ahora tengo con qué defenderme.
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