Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

La llamada

desde la isla de

Ella es mi máquina del tiempo.

Nos separamos hace ya bastante, cuando mi papá murió se me murió a mí y se le murió a ella. No solo él murió. Lo que hubiera habido entre nosotras dos, también murió, creo. Se dibujaron las líneas en el piso. No me lo dijo así, pero no hizo falta tampoco “De aquí vos no pasás…”

Me llama, a media tarde, de un número ajeno. De donde mi tía “esa mujer nunca te quiso– escucho en el pasado a Mimí- estando trabajando en el hospital donde vos naciste no le dio la gana subir dos pisos a ver a tu pobre madre, recién parida y yo llevándole sustancias…”.

De ese número me llama. Corta la primera. Insiste en la segunda. Contesto y me saluda, con ese tono que me arrastra hacia atrás en el tiempo

Cómo ha estado?”- me trata de usted. Siempre. Mimí me trataba de vos. Y tenía un nombre especial para mí. Ella no.

Es el tono que me dice que ella sabe que yo le oculto algo. El tono de cuando ponía a sus alumnas a ver mi foto, espiarme y reportarle si me veían por ahí, si desobedecía su orden de andar con tal o con cual, de no tomar licor, de burlarme de la hora cenicienta de llegada, de ir a un lugar. Nunca me creyó que no fumaba ni tomaba. Siempre quiso creer lo peor. Siempre. Me empiezan a sudar las manos. Me siento nerviosa, adolescente, pequeña. Creo, casi, que me da miedo. Esa vieja y conocida sensación.

Alguien me vio. Alguien me vio con él y le contó. Alguien le dijo que me vio sonriendo y ahora me lo va a restregar. Alguien le dijo. Alguien”- me taladra en el cerebro. Se me activan todas las defensas.

Como le contesto con monosílabos, insiste.

Qué ha habidoooo?”

Alarga los finales de las palabras con un énfasis que las hace falsas y a mí me crispa los nervios. Ella sabe que yo con ella no puedo tener lo que puedo tener con cualquier extraño: una conversación. Quisiera responderle, si me atreviera, que desde cuándo le ha importado mi vida, que es asunto mío, que primero loca antes de contestarle esa pregunta, y recordarle que desde esa noche que le paré la mano en el aire, fui yo la que marcó la línea y le dije, con la voz temblando y muy baja “No se atreva a meterse en mi vida. De aquí usted no pasa”. A pesar de que registrara cuartos y gavetas. A pesar de que tratara de descifrar el código jeroglífico de mis diarios. A pesar de que resintiera mis cuentitos y mis poemitas y a Mimí.

Hoy es otra cosa la quisiera decirle.

Usted se equivocó… alguien sí me iba a querer. Usted se equivocó! SE EQUIVOCÓ!” Si me atreviera, se lo diría. Sí. Se lo diría. Y ella me miraría confundida, sin recordar sus sentencias o mi pasado y me acusaría de agredirla.

Ella sabe que yo le oculto algo. A pesar de todo, ella mantiene ese otro sentido que parece se adquiere pariendo. Yo sé que ella sabe que al propio se lo oculto, como se lo he ocultado siempre, no porque sea malo o prohibido, si no porque no me da la gana que haga, como tantas veces, de eso un espectáculo público del que todos se ríen. No se ríen, no. Se burlan. No me importa si piensa que soy rara, solterona, puta o hasta lesbiana. Una vez capan al perro. Una.

No le voy a decir. No le voy a decir hasta que a mí me de la gana… “- pienso, y apreto los dientes y se me tensan todos los músculos y repaso todos los lugares donde he estado y donde me pueden haber visto, los registros de la visión periférica, las caras conocidas, las filas de los cines, los saludos que hice a los que pensé desconocidos, los restaurantes, las autopistas, quién, cómo, el dónde de cómo le llegó el chisme. Pero no me muevo “Todo bien – le digo. Solo un poco resfriada”. La voz me sale rasposa, cauta, tensa, disimulando un casual que no existe.

Se da por vencida y cuelga.

Yo tengo que recobrar el equilibrio, porque a pesar de todo, me sigue moviendo el piso.

No dejés que te afecte– me dice la Sole, racional, adulta, mujer, mirándome a través del espejo.

Vos no entendés– le respondo- han sido muchos años de lo mismo. En las emociones es un jamón ser general. Probá a ser soldado

Ella ya no te puede hacer nada. Sos adulta– me insiste la Sole del espejo. Me habla con ese tono que tiene. La que es dura para los negocios. La que gana juicios. La que no se deja. La que se impone en discusiones.

Puede. Puede porque yo la dejo. Puede porque por más que yo diga y me enoje, me duele – le digo- pero no la voy a dejar. Esta vez no va a poder conmigo– La Sole del espejo no sabe que eso se lo digo por decirlo, pero no estoy segura de que me lo creo.

Hablás de ella como si fuera algo malo. Es mami– me dice la Sole de cinco años y colita como chorrito de la fuente en la cabeza. Anda en shorcitos y una camiseta de Mickey Mouse. Se asoma por la esquina del espejo. Tiene la carita redonda y los ojitos chinos, con el brillo intacto- Nos canta canciones de Cricri, te acordás?- y me tararea- “Los cochinitos ya están en la ca-ma!Muchos besitos les dio su ma-má!”

La otra Sole le pone atención y sonríe con compasión. Le jala la colita de chorrito de fuente y le dice:

Y a vos quién te dijo que no pueden ser lo mismo?

Nota de Sole: Sé que es como de terapia. Se que hay gente que se lleva bien con Ellas. Yo no. Sé que es algo que hay que trabajar. Sé que me voy a arrepentir de hablar mierda cuando ella no esté. No la culpo ni se lo cobro, aunque no parezca. Sé que sus errores los redimiré en mi Santiago, cuando llegue el momento. Y sé que hizo muchísimo por mí. Sola. Todo eso lo sé. Pero necesitaba sacarme esto de adentro.

Además, no veo gentes en los espejos, no escucho voces que me llaman y si aun mi pecado es demasiado terrible, los invito a repasar el concepto de licencia literaria…


Gotitas de lluvia

12 respuestas a “La llamada”

  1. Nota de Ila (desde el otro lado del espejo): No tenés que pedir perdón por lo que sentís, ni ablandar, ni hablar si no te da la gana, ni preocuparte por cómo te sentirás cuando ya no esté, porque de alguna manera no está, nunca estuvo, no cómo necesitaras que estuviera y no tenés la obligación de seguir que te haga mierda. Sos bella y brava y llena de pasión, y sobre todo, sí sos muy querible. En su ausencia no te podrá hacer más daño de lo que hace en su ausencia presente. Eso lo digo yo, que soy madre. (Con toda licencia que me otorgan de libélula – para explicar cómo llegué a tu espejo 😉

  2. Avatar de Floriella
    Floriella

    Me puse a llorar como un bebé, más después del susto que me llevé hoy con Vero. Es extraño eso de las relaciones madre-hija. Todas son diferentes, todas tienen su personalidad y todas, indiferentemente de su naturaleza, nos hacen más fuertes. Un abrazo!

  3. Avatar de K@ren_cr
    K@ren_cr

    Supongo que el que me de nostalgia el post, es porque todas en alguna manera en algún momento nos hemos encontrado con nuestras madres. Yo amo a la mía (a mi manera muy particular) y ella me ama también (supongo que a la manera de ella)

    Me identifique en algunas partes, y es normal, supongo sentirlo.

    Como dice Ila. No te disculpes, ojalá yo tuviera las fuerzas para escribir muchas cosas, que nunca digo y nunca escribo.

  4. Avatar de Sardina albina
    Sardina albina

    La familia tiene esa habilidad para sacarte de quicio en dos segundos, herirte con una palabra o a veces con solo una mirada, incluso convertirte en un tris en lo que dijiste hace años que no querías ser más. A veces no queda de otra más que cortar por lo sano para salvarse uno, aunque duela. No queda de otra.

  5. Tu post tiene mucho sentimiento¡¡¡, yo amo a mi mamá y ella a mí, con un gran amor de los buenos, ella es mi refugio en todo momento. Todos los días nos comunicamos. Pero entiendo tu sentimiento, lo he vivido a través de amigas y pacientes (niñas), tu sentimiento es real y valido…sólo repasa la historia de ella, no para justificarla, sino para entenderla y en cierta manera para perdonarla, eso te hará libre y la relación con tus hijas futuras será mejor…

    Un abrazo, no te conozco en persona, pero a través de los escritos que leo con interes he aprendido a quererte, Sole la del post de hoy y de muchos es una mujer muy querible…

  6. Avatar de Humo en tus ojos
    Humo en tus ojos

    Del otro lado de otro espejo te contesto, o mejor dicho, te comento, como te dije ayer que no hablo con uno de estos personajes, que no pienso que haya que trabajarlo si uno no quiere (en todo aso si uno quisiera y el otro no?, ¿para qué?). No pienso que seas menos mujer, ni que tu alma tenga menos sustancia por percibir las cosas como vos elegís hacerlo. No pienso que haya que cargar con una culpa que no gestamos, que aunque sea políticamente incorrecto, tenemos derecho a disentir de lo establecido, y desear respirar y existir en paz. No sos más o menos pecadora que otros que caminan por las calles del mundo. Un abracito.

  7. Avatar de Solentiname
    Solentiname

    Ila: Es bueno eso de la cyber-twin, la que está al otro lado del espejo.

    Flo: Lo importante es que uno aprenda de los errores de la de uno para no repetirlos con los de uno.

    Karen: a veces creo que el primer paso es reconocerlo.

    Sardina: concuerdo. Por eso me crispa los nervios cuando dicen que la familia es la base de la sociedad y a la vez explica porqué estamos como estamos.

    maría: Así era yo con mi Mimí. No pasaba un día sin que hablara con ella. La extraño.

    Humo: Graziaz!

  8. Avatar de Cianuro

    Llego tarde.. pero que importa.

    Creo que entiendo… mi mama y yo tenemos una relacion de amor-odio medio extraña, y aunque ya se han enfriado mucho de lo que paso, aun duele todas las veces que entraba en “trance” y me decia cosas como sal en la herida.. justo en el peor momento.. un insulto de tu mama…

    te entiendo…

  9. Entiendo ahora el daño de las pequeñas no inofensivas burlas tipo escuela para tí.

  10. Te vuelvo a recomendar darle un vistazo a la psicomagia de Alejandro Jorodowski. Asesinar simbólicamente a nuestros emperadores es un arte difícil, que sólo el genio chileno ha logrado perfeccionar.
    (http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/jodorowsky/robo.htm)

  11. Avatar de tetrabrik
    tetrabrik

    yo acabo de llegar. lo leí de un tirón. nunca se me cruzó que fuera algo biográfico. para mí sigue siendo un cuento. un cuento buenísimo.

  12. Avatar de lanigüenta
    lanigüenta

    es muy hermoso y perturbador… quedo con la sensación de que la Sole pequeñita de 5 años está atrapada en ese espejo y alguien debe liberarla! quizás su propia negativa a hablar, a reclamar, a decir… la obliga a un silencio-fantasma, a un silencio-castigo…. ¿a quién castiga Sole con su silencio? ¿a la señora que la llama? ¿a la Sole del espejo?

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