Tenemos un sistema de verificación del empollamiento del huevo. Una semana va papá, la otra voy yo. Hoy me dijeron que a finales de agosto viene la nueva notificación. Así que hay que esperar. Un poco más.
Mientras esperaba, me imaginé que la persona a cargo salía de su oficina para decirme que todo estaba listo, así, de repente y de sorpresa. Pero no.
También escuché una historia triste de una familia a la que le acababan de dar un bebé y el papá fue diagnosticado con cáncer terminal. Les quitaron al chiquito.
Ir a ese lugar siempre me produce sentimientos encontrados, la sensación de que me están juzgando, de que ellos están amargados y no tienen empatía por la gente que espera, la sensación de burocracia. Y a la vez, una secreta alegría.
Mientras cruzaba la calle me pregunté si ya habrías nacido. Dónde estarías.
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