Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Yo no como comida preparada por homofóbicos

desde la isla de

Buenas tardes

Mi nombre es Solentiname, cédula de identidad número XX, abogada, vecina de San Pedro. Quería comentarle una situación que ocurrió hoy, cerca del medio día en el restaurante de Subway en Curridabat, diagonal a la estación de gasolinera Total. La factura lo identifica como Subway Curridabat.

Fui a almorzar ahí, poco antes de las 12. Mi orden corresponde a la factura número 0100258047, de las 11:53, de la cual puedo facilitarle copia de ser necesario. Una vez atendida y con mi orden servida, me senté de frente a la barra donde se prepara la comida a almorzar, donde estaba un cajero y dos muchachas que fueron las que prepararon mi comida. Aparte de mí, había una persona más en todo el restaurante.

Unos minutos después, ambas muchachas empezaron una conversación en la barra de comidas, en voz alta, burlándose de una persona homosexual, con frases como “¡Uy le gustan las mujeres!”, imitando los gestos en forma exagerada, hablando, según ellas como “locas” y en general, riéndose de la situación.

Me levanté y me acerqué a la barra y les hice saber claramente que no pude evitar escuchar su conversación, la cual me resultaba ofensiva y molesta. Mi hermana menor es homosexual y así se los informé, diciéndoles además que yo no tenía porqué tolerar esa falta de respeto hacia ella o hacia cualquier persona homosexual y mucho menos esos comentarios homofóbicos. También les dije que no era posible que una empresa de servicios hiciera esos comentarios en voz alta, ante los clientes, sin importarles si hieren o no la sensibilidad de las personas que estamos comiendo ahí.  Les expliqué, como se sabe a nivel científico, que una persona homosexual tiene tanto control sobre su orientación como la que tiene un heterosexual. No es una enfermedad, ni es un gusto ni una preferencia, es, precisamente, una orientación sexual. Abiertamente les dije que su actitud me daba asco.

Si bien el cajero trató de disculparse un par de veces, una de las muchachas intentó decirme que eso no fue lo que ocurrió y fue callada por el cajero. Además de abogada, soy notario público, con fe pública y estoy dispuesta a sostener lo que escuché y lo que vi en cualquier instancia. Estoy segura que no me equivoqué.

Finalmente, les dije que informaría de esto a la empresa y que no volvería a comer en Subway. No es una amenaza: usted comprenderá que no como comida preparada por homofóbicos. Me retiré, dejando mi orden a medio consumir.

Quería ponerlo al tanto de esta situación y rogarle, en aras de evitar situaciones discriminatorias, que Subway refuerce los entrenamientos de tolerancia, diversidad y sobre todo, discreción. Si fuera posible, me gustaría ver las políticas que ustedes tienen en ese sentido.

A mí no me interesa la vida o convicciones personales de sus empleados o sus posiciones ante la diversidad sexual, en el tanto las mantengan en la privacidad de su casa, pero me importan y me afectan en el momento en que yo, con mi dinero, como cliente, pago por los alimentos que ellos preparan.

Tampoco me interesa la sexualidad de ese tercero del que estaban hablando, quien, al igual que todos nosotros, tiene derecho a su privacidad y a que su orientación sexual no sea ventilada, juzgada y burlada a vista y paciencia de personas que no tenemos nada que ver en el asunto. Estoy segura que ni usted ni yo quisiéramos pasar por la penosa y dolorosa situación de ver nuestra intimidad discutida en esas condiciones y menos que fuera objeto de burla

Si hablé y excedí mis atribuciones al llamarle la atención a los empleados involucrados, lo hice por que creo que ya se ha hecho suficiente daño con quedarse callados y permitir que este tipo de cosas continúen ocurriendo sin consecuencia, fomentando la ignorancia, la intolerancia, la discriminación.

Estoy en la mejor disposición de ampliarle cualquiera de los aspectos aquí señalados y para ello me pongo a sus órdenes al teléfono xxx o al correo electrónico isladesolentiname@gmail.com

 

PS Envié este correo no solo a la dirección que me dio @subwaycr cuando me dieron una disculpa genérica y machotera por Twitter. Se lo hice llegar además al gerente de recursos humanos y al gerente general. Esos tres correos iban con todos mis datos personales, que no son del interés de ustedes, así que no sean vinos.

 


Gotitas de lluvia

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