Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Espía

desde la isla de

Hace muchos años, alguien que hoy yo dría que en ese entonces podía estar en la planilla de la CIA o de ese gobierno, me preguntó si yo, con mi facilidad para los acentos, para imitarlos o reconocerlos, yo podía trabajar para la CIA y que si no me interesaba aplicar.

Es lo más cerca que me he sentido de firmar un pacto con el diablo. Y me asusté. También me ahuevé, porque también era claro que ese talento, que me hacía tan buena para contar chistes, imitar gente, y reírme, pasaría desapercibo para el mundo, porque el stand up comedy no parecía una opción viable.

Hoy, cuando regreso de una fila larga ante la CCSS, vengo pensando en una reunión que tal vez tenga, tal vez no, con tico-alemanes que se sienten más alemanes que ticos. Y cómo para mí es muy fácil asumir la actitud, la conducta, las risas de complicidad. Puedo dejar muy claro que entiendo la cultura alemana y hasta hablar en alemán.

También me sale si tuviera que hacerme pasar por una persona judía. O una graduada de un colegio privado. O alguien de Barrio México. O alguien comemierda. O alguien autoritaria.

Una master del disfraz, del camuflaje social, de la asimilación cultural, siempre siendo otra y nunca siendo yo. Un camaleón humano.  Solo yo sabiendo quién soy, qué me gusta y qué no. Siempre entre dos mundos, el de los demás y el mío.

Tal vez sí debí dedicarme al espionaje. Pero ahora solo me queda imaginarme cosas y estrategias en reuniones aburridas.

Fediverse Reactions

Gotitas de lluvia

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