Hay noches en que me da dolor de cabeza mientras estoy dormida. Me doy cuenta mientras sueño. Anoche, por ejemplo, estaba soñando que conocía a un descendiente de holandeses que me decía que su familia había tratado de ayudar a la familia de Anna Frank a emigrar a Costa Rica pero no había funcionado. El tenía documentos escritos por ella y me los quería regalar. Yo pensaba en donarlos al Humboldt.
Usualmente me duele la cabeza cuando empieza la luna llena. Además Siggy había tenido baño y además de llegar con un pañuelo en el pescuezo, llegó con picazón. El talco con olor a limpio no le gustó. Pasó rascándose toda la noche.
El dolor me despertó a las 2 de la mañana. Revisé redes. Me pude volver a dormir. Pude regresar al mismo sueño. Pude pensar por fuera del sueño con quien o con qué me gusta más soñar.
Vimos Flow y me aburrí mucho. No entendí casi nada y me puse a buscar en internet qué se suponía que acabábamos de ver.
Nadando en la madrugada seguía con dolor. Tuve que parar a tomar cataflan. Ni siquiera la ducha de agua fría al final.
Cancelé los ejercicios de la mañana.
Sigo triste y frustrada. Nos hubiera ido mejor en el quiz de alemán si me hubiera dado cuenta de cuál era la tarea completa.
Lo de maternar tiene días frustrantes y agotadores donde yo solo quisiera estar sola.
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