Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Farmacia mapuche

desde la isla de

La tos no me suelta.  No responde a medicina de farmacia y me tiene harta.

Hartos de oírme toser y de que no hago la clase completa, hoy me llevaron a la piscina un elíxir bronquial.

No estoy segura cuál es el estado de la materia tiene el elíxir. Me recuerda el concepto de coloidal. Pienso en la palabra viscoso, pero se queda corta.

Es tan espeso que se siente casi caliente. No se puede tomar como un jarabe normal, porque baja tan despacio, que se puede amontonar en la boca.

Tiene un sabor dulce, uno a menta y definitivamente es como trabajar zepol derretido. La lista de ingredientes asegura que todo es maticas y miel.

Pero en menos de 5 mins el pecho se abrió, recuperé la voz y dejé de toser… por quince minutos.

Igual quiero seguirlo tomando. El que me llevaron es propiedad comunal y se pasa de mano en mano conforme se necesita. Se consigue solamente en una marcobi´+otica en San Rafael de Heredia.

Yo necesito tener más de esos en la casa. Pero no voy a ir a Heredia. Voy a ir a mi macrobiótica de confianza porque deben tener algo parecido.

Me recuerda el concepto de farmacia mapuche en Chile.  A diferencia de las macrobióticas, no se esconden de nadie y ocupan locales como cualquier otra farmacia. No son para hippies. Son para TODOS. La gente ca, como aquí a cualquier farmacia de barrio,  expone los síntomas al regente mapuche, quien hace la recomendación de tratamiento y nadie le discute. Solo venden medicinas. Nada de cristales, comidas orgánicas, chanclas ni nada por el estilo.

Y funciona. Nadie ni siquiera se disculpa de usar esos remedios milenarios. Nadie los pone en duda. Son parte de la idiosincrasia del chileno.

Hago una investigación rápida del elíxir y es claro que la botella la imprimen en china, que tiene varias presentaciones con variaciones del nombre. Todos aseguran ser el original.  Ninguno tiene registro sanitario y el Ministerio de Salud se queda ronco- debería tomar el elixir- advirtiendo de los riesgos de consumir productos no registrados.

No podría importarme menos. Ya encontré algo que funciona. Y si es pura sugestión y placebo, tampoco.


Gotitas de lluvia

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