Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Culeca y fachenta

desde la isla de

Hoy llevamos a Pato a una valoración más que pidió la escuela.

Y ahí estuvo mi chiquito resolviendo problemas matemáticos, completando frases, dándole verdadero o falso, y leyendo con esa forma lenta que tiene él.

La especialista me dijo que era muy inteligente. Que si no se lo dice alguien, ella jamás hubiera esperado que fuese un niño disperso. Me dijo además que lo veía bien estimulado en todas las áreas y que era un niño muy agradable.

Luego lo pasé a dejar a la escuela por un ratito, por ser el último día de clases.

Super. Almuerzo donde mi mamá. Natación. Yo masaje. Seguía una actividad social que se canceló en la mañana.

Así que llegamos a la casa y abrimos los sobres de la nota.

Venía una mención de honor, por su esfuerzo y dedicación a la educación. No sabíamos que eso venía.

El no entiende qué es ni porqué es importante.

Yo, por mi parte, me siento vista, reconocida y validada. En mi escuela no habían de esas y si hubieran habido, no me hubiera ganado una.

Ven el esfuerzo. Reconocen las horas que estudiamos. Validan nuestra preocupación y esfuerzo.

Siempre le hemos dicho que el esfuerzo y la constancia son lo más importante. Que la disciplina es el mejor de todos los poderes. Que las notas no importan y que muchas veces no reflejan esa dedicación.

No sé si a muchos niños le dieron lo mismo. Sé que para nosotros representa mucho.

Hoy además se quiso cortar el pelo como adolescente, como Pucho, su cantante favorito y le encanta cómo quedó


Gotitas de lluvia

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