Anoche soñé que don Ramón venía a Costa Rica a dar una especie de show, muy new age, donde todos hacíamos movimientos como de estiramiento, íbamos hacia allá y hacia acá, nos movían las sillas.
El no decía casi nada. Se paraba al frente y estiraba los brazos para señalar la dirección de los movimientos. En el sueño, tenía grandes ojos azules y yo me preguntaba porqué nunca había notado eso si yo no me perdía el Chavo del 8. También me preguntaba si no se había muerto hacía ya mucho tiempo. Era el mismo flaco fibroso, arrugado, de jeans y camiseta y el sombrero de lona.
Luego de la sesión, estaba yo renovada, sentada en una sala con dos personas más y él se llegaba a asomar a la puerta con aquellos ojos azules. Nos hacía un gesto preguntando cómo nos había ido.
“Usted probablemente no lo sabe. Pero a usted siempre lo hemos querido mucho”- le respondía yo con vergüenza.
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