Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Fin de año

desde la isla de

Sin internet, sin celulares, sin redes sociales. Yo llamaba a tu casa y colgaba si no eras vos quien contestaba.

Había fiesta y fuimos, cada uno por su lado, cada uno con alguien más, creo.

De repente vamos vos y yo para las fiestas de Zapote, caminando por la acera, con la luna brillando y allá a las luces y el ruido de la fiesta.

Recuerdo que caminábamos despacio, viendo el piso, girando la cabeza solo para hablarnos. Sonriendo. Recuerdo tus ojos. Brillaban.

Había un concierto de un salsero que era muy famoso para ese momento. Ya no canta. Lo escuchamos abrazados. No bailamos aunque nos gustaba bailar, sobre todo salsa. Nos gusta, todavía. Los ritmos cambian con los años.

Volvimos caminando, tomados de la mano, sonriéndonos, conversando.

Creí que recordaba más pero que creo que la quimio se llevó algo.

Lo que sí estoy segura es que estábamos solos, nosotros dos, en ese universo de año nuevo.


Gotitas de lluvia

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