Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Quo vadis Lio Messi?

Todos los que no pudieron pagar por verte en Europa o en Argentina o en un Mundial, ahora tienen una opción más cercana, al alcance del ahorro, de millas de viajero frecuente, de tarjeta de crédito o de un préstamo en Miami, la capital no oficial de América Latina.

Y para allá llegan en manada, como peregrinos de todos los países, de todas las edades, de rosado, con la camiseta de la selección argentina o con algo tuyo, a ver si logran ver tu carro, tu guardaespaldas, o a vos en vivo, saludando desde el carro. Todos saben que sos amable con el público.

Pero llega uno al estadio y es de juguete. En medio de la nada, armado a la carrera, que no se logra disimular ni con la pintura impecable. Tiene ese aire al circo de los hermanos Gasca cuando se instala en un lote vacío de cualquier país centroamericano, pero sin bullicio de payasos, animales o el olor a churros, algodón de azúcar y palomitas de maíz.

Además está cerrado. No te dejan entrar, como en la Bombonera, a admirar la gramilla en la que juega este ídolo moderno que sos vos, ver los camerinos, ver donde te sentás, donde te vestís, robarse una hojita de zacate, sacarse una foto. Todo es por fuera. Y tampoco es que hay muchos lugares así como de oportunidad fotográfica icónica. Tan soso y sin gracia como los gringos mismos.

No hay nada de comer ni de beber. Podrían tener todo tipo de puestos de comida de restaurantes de comida argentina, rápida, italiana, de la que sea tu favorita o de bebidas.  Pasarían repletas y a la gente no le importaría pagar precio de comida de aeropuerto.  No hay vendedores ambulantes, ni el bullicio de ventas callejeras de chucherías alegóricas en todos los tonos de rosado. Le falta el sabor latinoamericano de la melodía de todos los acentos en un solo idioma.

No hay baños, porque el estadio está cerrado a menos que haya partido. Y aunque muchos de esos peregrinos futboleros son niños, si necesitan ir al baño, los de seguridad te recomiendan que usen un arbolito. Y si es para algo más, mala suerte, porque no hay baños disponibles al público. Móntese al carro y pregúntele a Waze cuál es el restaurante más cercano. Ahí hay que comprar algo para que te den el código de acceso a los servicios sanitarios.

No hay una sola sombra. Apenas unas palmeritas escuálidas a medio crecer. El estadio está en medio de un peladero con aquel sol inclemente y el bochorno. Un sauna al aire libre. Hay que llevar sombrero, ropa fresca, anteojos oscuros, bloqueador y mucho, mucho hidratante (porque como ya te dije, no hay donde comprar nada de tomar y menos un tubo publico)

Además, seguridad te dice clarito dónde te podés parquear: bien lejos de donde estás vos y el equipo. Y te advierten que no podés quedarte en un solo lugar sentado o de pie, no vaya a ser que arruinés la estética seca del estadio. Tenés que estar caminando, circulando, todo el tiempo. Como las madres en la Plaza de Mayo. Aquí el que no aparece por ningún lado sos vos.

A la tienda del estadio, te dejan entrar solo de cinco en cinco. No es por Covid. Es por chiquita porque la recorrés completa en cuatro pasos . Uno piensa en la del Barcelona y la comparación ofende. ¿Te acordás? Había de todo: cuadernos, lapiceros, juguetes, muñecos, medias, trajes de baño, medias, gorras, suéters, camisas, uniformes, pantalonetas, bultos. Una lista larguísima. Un sueño. Apenas para salir con la tarjeta hasta arriba y bolsas llenas.  Aquí solo hay un par de cositas y las tallas de las camisas son 2X en adelante, apenas para gringos gordos que de por sí no les gusta el futbol.

Yo sé que vos no decidís nada de esto, pero qué decepción, Lio. Qué decepción. Y sobre todo, tanto desperdicio de oportunidades ¿no es que estás en el centro mundial del marketing?

Y pensar que los fans todo lo perdonan. Mi hijo de 7 años, por ejemplo, vestido de arriba debajo de rosado, se fue a buscar solito al periodista del As de España que nos había entrevistado como grupo.

Quiero contarte qué significa Messi para mí

Contame. Qué significa?

Todo, es mi ídolo

Te gusta jugar futbol? Qué posición jugás?

Se llevó el dedito a la boca, pensativo. Y contestó, muy seguro:

Goleador.

Y vos, ¿qué pensás?