Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Gorda

desde la isla de

Llevo varios días que siento que los muslos pegan entre ellos en la parte de adentro, que cuesta más ponerme el vestido de baño, que la cintura de los jeans anchos no me nada como antes.

Me veo cachetona en el espejo y en los videos de las llamadas.

– Estoy gorda… otra vez.

Y la tristeza, la decepción, la recriminación por comer chocolates o confites y la promesa de dejar de hacerlo.

La justificación también de que tengo derecho a comer rico, que para qué quiero estar flaca si ya estoy vieja, que de fijo estoy en 100 K como la otra vez que me di cuenta porque me veía cachetona en las fotos.

Y el temor a pesarme. Mañana lo hago. Hoy no. Mañana. Se me olvidó. Mentira, no quise.

Hoy finalmente lo hice. Estoy pesando kilo y medio menos que mi promedio.

Dice la pesa que no estoy gorda.

Decía Descartes que no podemos confiar solo en los sentidos.


Gotitas de lluvia

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