Cinco minutos de pelar papas. Amarillas. No las sé distinguir a simple vista. Tampoco sé cuál es la diferencia en el sabor. Simplemente me gustan más amarillas. Tres medianas.
Cinco rebanándolas. Antes la cortaba con cuchillo, lo más fino que podía. Ahora uso una mandolina. Me llevo la uña del pulgar. Me quedan rayonazos en el resto.
Cinco calentando el aceite de oliva a fuego medio. Nunca sé cuánto usar exactamente. Cuando es mucho, se sale pringando y hace un charquito que hay que estar limpiando.
Cinco rebanando cebollas. Una grande. O una mediana y la mitad de otra. Ya no lloro
Cinco batiendo cinco huevos grandes. Con tenedor y un punto de sal en la yema.
Vienen las vueltas:
Cinco las papas, solas. Con tapa
Cinco más, de nuevo, las papas.
Cinco agregando las cebollas.
Cinco.
Cinco.
Cinco.
Cinco.
En cada ciclo, darle vuelta con cuidado.
Dos de cinco, destapado. Que dore un poquito.
Cinco minutos en el colador, sacando el aceite.
Cinco en una tabla de picar, extendido. Sal y aceite.
Cinco todo revuelto con los huevos batidos
Cinco calentando de nuevo la sartén
Cinco de un lado.
Cinco del otro.
Listo.
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