Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Lo que me sale del cuerpo

desde la isla de

He seguido de necia yendo a nadar, después de cada aplicación. Apenas dejo de sentirme así, atolondrada, un poco mareada, apenas siento que vuelto a ser yo: al agua.

La vez pasada sí sentí que me moría del cansancio y los tiempos lo reflejaban, por lo menos la primera semana de regreso. Luego poco a poco volví a ser yo- yo en modo quimio- pero sí siento que necesito recuperar más después de cada distancia, aunque sea un 50.

En las primeras dos puesta tuve la energía y las ganas de salir a caminar los días que no podía nadar. Ya no puedo, ni quiero.

Después de caminar, mi ropa quedaba con un olor a sudo medicamentoso, a hospital. Me han dicho que tome mucho líquido, que orine mucho, que el medicamento debe salir y que se queda solo lo que se necesita. Es como una carrera entre el medicamento y el líquido y yo tratandoi de diluirlo por todas partes.

Cuando volví al agua, mis anteojos de nadar erana transparentes. Ahora están así:

Picture1

 

Amarillentos. Y empezaron a tener vida propia, en esos puntos negros que aparecieron en los últimos 4 días.

Están amarillos justo en la parte que se ajusta sobre mi cara. Donde tendrían contacto con el sudor que una no siente, por el agua.

Aguantaron 4 ciclos. Para los 2 que faltan, tengo anteojos nuevos.


Gotitas de lluvia

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